La segunda etapa de la primera edición de Cinergía, tuvo lugar en el Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya de 2014, más conocido por todos como el Festival de Sitges, y no es para menos. El que se alzara con el Gran Premio de Cine Fantástico Europeo por Buried, Rodrigo Cortés, es el responsable de este segundo corto titulado 1:58.
Descubriremos a la protagonista, una conductora descuidada con el buen uso de la energía de su coche —contradiciendo las instrucciones que oye por la radio—, que le provocara un sinfín de problemas cuando tenga que enfrentarse a unos misteriosos atacantes, que parecen obsesionados en matarla por su derroche de energía. En este sentido, parece que existe algo así como un castigo divino para aquellos que hagan oídos sordos a los tan raídos consejos de la conducción eficiente.
A pesar de tener el mismo enfoque que los demás cortometrajes de Cinergía, 1:58 se excede en el uso de los mensajes típicos y tópicos de la conducción eficiente, haciendo que, en este caso, tenga mayor peso la concienciación energética que no la ficción. Este hecho, no muy relevante si tenemos en cuenta el origen de este proyecto, resulta más notorio cuando intentamos ver este relato de terror como eso, una ficción, ya que en todo momento tendremos los taladrantes mensajes repitiéndose en nuestra cabeza mientras la protagonista las pasa p***s.
Manuela Vellés será la única cara visible de este cortometraje, que transcurre por completo en un coche en marcha, mientras que contó con la colaboración de la periodista Julia Otero y del actor Gabino Diego, que dan la voz a los personajes radiofónicos cuyos mensajes son desoídos por la conductora.
Quiza el resultado no sea tan resultón como su predecesor, sin embargo 1:58 es un digno testigo de Ultravioleta.