No era de extrañar que tarde o temprano la saga Assassin’s Creed llegara a la gran pantalla. Hablamos de una franquicia que tiene material de sobra para ofrecernos juegos año tras año, por lo menos así ha sido últimamente. Pero tras la saturación de entregas anuales era buen momento para ofrecernos un descanso y optar por otra vía de entretenimiento. El primer juego de la saga salió en el 2007 en el inicio de la generación de consolas Playstation 3 y Xbox 360. Desde entonces hasta ahora, 9 juegos han salido de manera oficial más otros 7 spin-offs para portátiles y móviles, pero no solo eso, sino que además cuenta con una serie de novelas basadas en los juegos oficiales y hasta varios cortometrajes como el de Assassin’s Creed: Lineage, rodado con actores de carne y hueso. Todos los juegos parten de la misma premisa y de la misma historia principal, la existencia de una secta conocida como los Assassins que lucha frente a los templarios por artefactos y/o conocimientos ancestrales.
Assassin’s Creed cuenta la historia de Cal Lynch (Michael Fassbender), un criminal encerrado en prisión y condenado a muerte por sus delitos. Pero la organización Abstergo, entidad dirigida por Alan Rikkin (Jeremy Irons) tiene otros planes para él. Así, a través de una tecnología revolucionaria que permite rastrear su ADN y desbloquear sus recuerdos genéticos ancestrales, Lynch experimentará las aventuras de su antepasado Aguilar de Nerha, un asesino miembro de la hermandad secreta de los Assassins y ascendiente suyo que vivió durante la España del siglo XVI, en pleno auge de la Inquisición Española.
La historia tiene la misma premisa que los videojuegos. El protagonista es un pariente directo de un importante personaje de una época pasada, mediante el Animus, este puede revivir la vida de su ancestro. El objetivo de la corporación Abstergo, encarnación moderna de la legendaria Orden de los Caballeros Templarios, es encontrar el fruto del eden, un poderoso artefacto el cual otorgaría un poder ilimitado con el que dominar el mundo y cambiar su destino. Por contra, la secta conocida como los Assassins han sido los encargados de evitar que ese artefacto caiga en malas manos.
La película mantiene la misma base y de hecho es bastante fiel al estilo del videojuego. Obviamente hay cosas que han tenido que modificar para adaptarlas a un estilo más propio del cine de acción. Esto hace que las explicaciones, la trama y los personajes queden muy desfavorecidos y no tengan la profundidad que deberían para seguir el hilo de la historia. Vamos que para el que no ha seguido la saga de videojuegos, las explicaciones que dan son bastante escuetas y con falta de información.
He sido seguidor de los videojuegos y nunca he considerado la saga como una de las mejores o que fuera una obra maestra (si a caso los primeros juegos por la innovación y la novedad), por lo que no me esperaba que fuera un peliculón, y es cierto que no lo es, pero tampoco es infumable. De hecho lo que menos me gusta han sido aspectos secundarios de la película como la flipada de recreación del Animus, (cuando en el juego es una simple cama) o lo oscuro y lúgubre de la recreación de la Sevilla de 1492, siempre nos la muestran en un atardecer nublado y con poca visibilidad, sé que esto es un truco para no tener que recrear digitalmente un gran escenario, pero al menos podrían haberse esforzado más. Por no hablar del por qué le pintan la cara a la supuesta futura Reina Isabel como si fuera una geisha. O el por qué en un momento dado de la película Michael se quita la camiseta sin motivo a lo Mario Casas.
Normalmente en este tipo de películas, para llamar la atención optan por incluir a un conocido elenco de actores. En este caso tenemos como a protagonista a Michael Fassbender, interpretando a Call y su alter ego Aguilar. Sabemos que es un gran actor y mantiene el nivel de la película, aunque su papel recuerda mucho al de Magneto. También tenemos a Marion Cotillard como Sofía, la responsable del proyecto Animus o a Jeremy Irons, el padre de Sofia y jefe Abstergo. Además se ha tenido en cuenta la incorporación de actores españoles para interpretar algunos miembros de la santa inquisición como Javier Gutiérrez representando a Tomás de Torquemada, Hovik Keuchkerian como el general Ojeda, o Carlos Bardem como Benedicto, el mentor de la Orden de los Asesinos.
Por lo demás, Assassin’s Creed vuelve a ser una de las tantas películas más basadas en un videojuego. Ofreciendo lo de siempre pero sin aportar nada nuevo, además la baja recaudación de la película hacen que peligre una continuación, aunque el final lo dejan abierto por si las moscas, al menos no tiene bugs ni hay que comprar DLC’s para ver parte de la película. Sí, era necesario el chiste.