Mientras todos esperan Assassin’s Creed protagonizada por Michael Fassbender, pocos son los que recuerdan que no sería la primera ficción que nos da esta franquicia de videojuegos.
La historia nos sitúa en los momentos previos a la historia del videojuego, a modo de prólogo, en el que Giovanni Auditore, un reconocido banquero de Florencia, nos descubre que es un assassin, cuyo objetivo es acabar con Rodrigo Borgia antes de que consiga hacerse con el poder del Vaticano y de toda Italia.
Una introducción perfecta para disfrutar aún más del posterior videojuego, ya que de esta forma descubrimos la historia al completo de los Auditore, y entendemos muchos de los detalles que se cuenta a continuación, como la relación de Giovanni y, su hijo, Ezio.
Romano Orzari es Giovanni Auditore, dando una magnífica interpretación de este pequeño personaje en el videojuego, pero aquí toma por completo el protagonismo. Mientras que su enemigo, Rodrigo Borgia, está interpretado por Manuel Tadros.
La curiosidad reside en que la cara y el comportamiento de Auditore y Borgia en Assassin’s Creed II fue extraída de los mismos actores que se pusieron en la piel de estos personajes durante el rodaje de este mediometraje.
La batuta del film le fue entregada a Yves Simoneau, un reconocido director de películas y series televisivas, como Napoleón (2002) y Los juicios de Nuremberg (2000), por lo tanto no es producto destinado en exclusiva a los «consoleros», sino también a los buenos aficionados al cine.
Este film, presentado en forma de miniserie en televisión, tiene una factura perfecta, pero con una única pega: su corta duración, ya que su calidad deja al espectador con ganas de mucho más.