La trama sigue a Baby, un joven y talentoso conductor especializado en fugas que trabaja para un jefe del crimen llamado Doc. Baby sufre de tinnitus, una condición que le provoca un zumbido constante en los oídos, y utiliza la música para ahogar el ruido y concentrarse en su trabajo. Baby se ve atrapado en el mundo del crimen debido a una deuda con Doc, pero sueña con dejar atrás esa vida y comenzar de nuevo con Debora, una chica que acaba de conocer pero con la que ha conectado como jamás lo ha hecho con nadie. Sin embargo, cuando un último trabajo sale mal, Baby se encuentra luchando por su vida y la de aquellos que ama.
Edgar Wright, conocido por su estilo visual distintivo y su habilidad para mezclar géneros, lleva su talento a nuevas alturas en Baby Driver. La película es un tour de force de edición y coreografía, donde cada escena de acción está sincronizada con la música que Baby escucha, el protagonista se mueve al ritmo de su extensa colección de canciones Esta técnica no solo añade una capa adicional de inmersión, sino que también convierte la película en una especie de musical de acción.
La cinematografía de Bill Pope complementa perfectamente la visión de Wright, con tomas dinámicas y movimientos de cámara fluidos que mantienen la energía alta. La edición de Paul Machliss y Jonathan Amos es igualmente impresionante, logrando una sincronización perfecta entre la acción y la música.
Ansel Elgort ofrece una actuación carismática y matizada como Baby. Su habilidad para transmitir emociones a través de expresiones sutiles y su química con Lily James hacen que su personaje sea fácil de empatizar. Lily James, por su parte, aporta una frescura y dulzura a su papel como Debora, la camarera que sueña con escapar de su vida monótona. El ahora maldecido Kevin Spacey interpreta a un genial Doc con su característico carisma y amenaza velada, mientras que Jon Hamm y Eiza González destacan como Buddy y Darling, una pareja de criminales con una relación intensa y peligrosa. Por su parte, Jamie Foxx, en el papel de Bats, añade una dosis de imprevisibilidad y peligro a la mezcla, creando un antagonista memorable.
La banda sonora de Baby Driver es, sin duda, uno de los aspectos más destacados de la película. Con una selección ecléctica de canciones que abarcan varios géneros y décadas, la música no solo acompaña la acción, sino que la define, según que se nos está narrando en ese momento. Temas como «Bellbottoms» de The Jon Spencer Blues Explosion, «Harlem Shuffle» de Bob & Earl y «Brighton Rock» de Queen son solo algunos ejemplos de cómo la música se integra perfectamente en la narrativa.
Más allá de la forma, en su contenido, esta peli explora temas de redención, amor y la búsqueda de la libertad. Baby es un personaje atrapado por sus circunstancias, pero su deseo de cambiar y proteger a aquellos que ama lo impulsa a tomar decisiones valientes. La película también aborda la idea de que la música puede ser una forma de escape y una fuente de poder personal.
En definitiva, Baby Driver es una película que destaca en el género de acción por su enfoque innovador y su ejecución impecable. Edgar Wright ha creado una obra maestra que combina acción, música y emoción de una manera que pocas películas han logrado. Con actuaciones sólidas, una dirección brillante y una banda sonora inolvidable, Baby Driver es toda una experiencia cinematográfica de la que hace tiempo que no nos ofrece el cine.