
Georges Barelli es un actor francés, de origen gonobutzià —como se revela a Barelli y el señor de Gonobutz—, experto en las obras de William Shakespeare, que harto de vivir las aventuras solo sobre el escenario, se convierte en todo un aventurero. Todo y las claras diferencias que tiene con Tintín —como la edad, la profesión y el flequillo—, Barelli no es otro que uno alter-ego del personaje de Hergé, algo que tampoco es de extrañar, teniendo en cuenta la estrecha relación que sus padres tuvieron durante más de treinta años.
A pesar de que Barelli es el personaje estrella de Bob de Moor, él no vive a solas sus aventuras. Al contrario, tiene una pandilla de amigos que crecen aventura tras aventura. Los primeros a aparecer son el periodista Randor que, a pesar de ser de los primeros personajes secundarios al aparecer, es de los que tardan a establecer su imagen, habiendo hasta tres versiones, y el inspector Moreau, todo un oficial de policía que desde las primeras aventuras apuntaba a convertirse en el Capitán Haddock de Barelli, el amigo inseparable, y más después de vivir la impresionante aventura a Nusa Penida.
Es a partir de Barelli y el buda cabreado, que De Moor añade más y más personajes, la primera de ellas es la tía Sofía, un tipo de madre de Barelli, hermana de su padre, a quien le cuesta poco llevar problemas a su sobrino. Será en la última aventura de Barelli, Barelli y el señor de Gonobutz, donde aparecerán dos personajes que tenían muchas posibilidades de acontecer habituales de la serio, como el bromista del tío Vittorio, y la actriz Anna Nass, que hizo una pequeña aparición a la extensión que Bob de Moor dibujó para la reedición de 1980 de Barelli en Nusa Penida.
Además de estos personajes, hay otros que pasaron mucho más desapercibidos, pero que aparecieron en más de una ocasión como el antagonista de Barelli, el actor fracasado Hudebert Whitloaf, que hará acto de presencia a dos aventuras breves de 1968 y El mar es la «bomba», y los músicos de calipso, los Coconuts, después de ser agentes secretos aparecen en un par de ocasiones promocionando sus canciones.
El enigmático señor Barelli
Barelli está harto de vivir encima los escenarios, le encanta su trabajo, pero desea vivir una aventura de verdad, como las de sus personajes. Después de una actuación, su amigo periodista, Randor, le propone hacerse pasar por él en la presentación de un avión atómico. Pero la demostración no sale como estaba previsto, alguien ha saboteado el avión y se ha estrellado. El inspector Moreau, amigo también de Randor, se hace cargo de la investigación mientras Barelli, disfrazado de Randor sigue sus propias pistas.

De Moor nos presenta su personaje estrella, y lo hace en una aventura local, situada a París, con un estilo sencillo y clásico, y claramente inspirado por Hergé y por Edgar P. Jacobs.
Cuando se hizo la reedición en los ochenta, el editor solicitó alargar la aventura, y treinta años después el autor tuvo que copiar un estilo que ya no era el suyo para realizar unas cuántas planchas más. Bob de Moor muestra un dominio impresionante de la línea clara, sobre todo con los fondos y los escenarios, demostrando porque tiene que estar a la misma altura que Hergé.
Barelli en Nusa Penida
El inspector Moreau todavía sigue la pista del jefe de traficantes y saboteadores del avión estrellado en El enigmático Señor Barelli. Por una casualidad se encuentra con Barelli en París, y este, aburrido de no actuar, se ofrece a ayudarlo. Emprenderá un viaje a Nusa Penida, una pequeña isla llena de plantaciones coloniales del Pacífico Sur, para seguir la pista del misterioso jefe de la banda.
Esta aventura originalmente solo tenía dos partes, pero las peticiones del editor de Lombard, hizo que el autor tuviera que añadir unas treinta planchas más, intentando recuperar el estilo que había utilizado treinta años atrás, para poder publicar la aventura en tres partes. En las páginas añadidas, hace interpretar un pequeño papel a Anna Nass, el personaje femenino que aparece por primera vez en la última gran aventura de Barelli, Barelli y el señor Gonobutz.
La segunda parte de la aventura cierra el primer ciclo de Barelli, un personaje que De Moor no recuperará hasta diez años más tarde en Barelli y los agentes secretos. Tanto en la primera como en la segunda entrega de esta maravillosa aventura —una de las mejores del heredero de Tintín— De Moor muestra su talento como dibujante de paisajes y para llevar al papel los paisajes espectaculares del Pacífico. Con el estilo más claro y marcado, De Moor sigue las aventuras de Barelli y nos ofrece una aventura el doble de larga que permite profundizar en la relación de los personajes, sobre todo entre Moreau y Barelli, que acontecen auténticos amigos, con unos caracteres similares a Tíntin y Haddock.

Barelli y los agentes secretos
Durante el rodaje de una película, un misterioso hombre se cruza con Barelli. Afirma ser Harry Antigua, el líder de la Resistencia de Guabana. Barelli, que cree la historia de Harry, lo esconde de sus perseguidores, los miembros de un grupo de música calipso, Los Coconuts, que en realidad son agentes secretos del dictador de ese país, Juan Balustra. Sin quererlo, Barelli se encuentra una vez más en el ojo del huracán, perseguido por la policía,mientras Moreau no deja de asediarlo, y por estos agentes secretos, que si bien no tienen escrúpulos, no tienen nada a hacer con la habilidad de Barelli, un héroe que lo puede todo.
Barelli y los agentes secretos es una historia de espías y revoluciones caribeñas, solo cinco años después de la que hubo en Cuba, claro origen de la inspiración del contexto de esta aventura de Barelli.
Doce años después de publicar Barelli en Nusa Penida, en los que el autor había estado trabajando sin cesar en varios títulos de Tintín, se replanteó un golpe más su personaje, y experimentó dejando a un lado la línea clara y usando un estilo mucho más parecido a un esbozo. A pesar de que el resultado fue más que aceptable, el autor no se habría sentido del todo satisfecho, puesto que ocho años después volvería a cambiar el estilo acercándose de nuevo a sus maestros, Hergé y Edgar P. Jacobs.

Barelli y el buda cabreado
A pesar de que a finales de los sesenta De Moor hizo dos historias cortas, desde 1964 el autor no se atrevía con un relato largo. El 1972, después de haber experimentado en Barelli y los agentes secretos, recuperó el personaje de Barelli para volverlo a hacer vivir una gran aventura.
Barelli es el nuevo director del Teatro Nacional y está a punto de emprender una gira por la Asia Central, y pocos días antes de salir con toda la compañía, los representantes de dos países vecinos y enfrentados desde su separación, Yogadhor y Crounchir, se pelean para conseguir que Barelli y sus colaboradores pasen por su país el día que celebran su fiesta. Barelli acepta en favor de los primeros, no por preferencia, sino por qué son los primeros a pedirlo. Esto llevará a los otros a recurrir a medidas extremas para que Barelli actúe en su casa, llegando a hacerlos hacer un aterrizaje de emergencia durante el vuelo a Yogadhor, que los llevará a conocer al Buda Cabreado. En este álbum aparece por primera vez la tía Sofía, que a partir de ahora acontecerá uno de los personajes habituales de la serie.
Con un estilo más propio y alejado del heredado de Tintín y Blake y Mortimer, De Moor crea un mundo propio demostrando su talento. Después de muchas variaciones, el periodista Randor aparece por fin con su aspecto definitivo, del mismo modo que Barelli, que a partir de este momento siempre llevará ese característico y complicado peinado.
El mar es la «bomba»
La última etapa de las aventuras de Barelli, empezada al anterior álbum, sigue dos años después con El mar es la «bomba». Barelli tiene que llevar a su tía Sofía a su caseta en la playa, pero la lluvia los pierde y acaban, por error, en otra. Allá topan con un grupo de desconocidos que volverán a encontrar cuando estén en su casa. Este grupo, liderado por Hudebert Whitloaf —un antagonista que Barelli ya conocía de dos aventuras breves: ¡Está en el lago! y Barelli y la muerte de Ricardo II—, planea explosionar el Neptuno, un barco que emite una emisora de radio pirata.
Por primera vez, De Moor pone a Barelli solo ante el peligro, recibe pequeñas ayudas, pero él se convierte en el héroe, porque sus amigos, el inspector Moreau aparece en las últimas páginas, mientras que el periodista Randor no hace acto de presencia. Los que si son nombrados son Los Coconuts, los agentes secretos de Barelli y los agentes secretos.
Ya con el estilo claramente marcado, Bob de Moor prosigue con las aventuras de Barelli en su tercera etapa, y lo pudo hacer porque el equipo Tintín estaba un poco parado durante una de las crisis de inspiración de Hergé.
Barelli y el señor de Gonobutz
Barelli y su tía Sofía son secuestrados misteriosamente por unos extranjeros y transportados en un camión que también tiene habitaciones y cocinas. Durante el trayecto se rebela la identidad del secuestrador, es Vittorio Barelli, el hermano de Sofía y del padre de Barelli. Vittorio gobierna Gonobutz, un país en el sur de Europa de aspecto alpino donde se habla una mezcla de italiano y alemán, desgraciadamente los ministros y los militares aprovechan la enfermedad de Vittorio para enriquecerse construyendo una autopista por en medio del país. Barelli tendrá que ayudar a su tío todo y las constantes bromas que hace a su tía.

Al estilo de la Sildàvia de Hergé, Bob De Moor creó un país europeo con conflictos internos para qué Barelli pudiera vivir sus aventuras más cerca, sin tener que ir hasta Nusa Penida o Yogadhor.
Justo en el momento en que las aventuras de Barelli empezaban a estar definidas, con unos personajes marcados, y otros de nuevos como el tío Vittorio o Anna Nass, la serie llegó a su fin, después de Barelli y el señor de Gonobutz, tan solo vieron la luz dos relatos cortos.
Los relatos breves de Barelli
¡Está en el lago! y Barelli y la muerte de Ricardo II (1968), son las dos primeras aventuras breves de Barelli, en ambas el antagonista de Barelli es Hudebert Whitloaf, un actor fracasado, que se dedica primero a robar y después intentar matar a Barelli llevado por su locura.
La nariz de Cleops (1974) es una historia breve que pasa en su totalidad en los camerinos del teatro de Barelli, él y Moreau tendrán que parar unos delincuentes que quieren apoderarse de la fortuna del payaso Cleops, que lo ha escondido en su nariz.
Después de la última aventura larga de Barelli, Barelli y el señor de Gonobutz, Bob de Moor solo llevó a cabo dos aventuras más, El abominable Señor Barelli y ¡Top secret! (1974), poniendo punto final a la breve carrera de este actor de corte shakespeariano. No fue hasta bien entrado el siglo XXI que la editorial BD Must se hizo cargo de reunir todas las aventuras protagonizadas por Barelli, incluso algunas de inéditas.
Aunque siempre estará en la sombra de sus hermanos mayores —Tintín, Blake y Mortimer—, Barelli debe tenerse en cuenta por el mero hecho de ser una de las mejores obras de su autor, Bob de Moor, que si bien padeció del mismo mal que su personaje —quedando en un segundo plano tras Hergé y Edgar P. Jacobs—, no deja de ser uno de los mejores artesanos del noveno arte.