Jaime Reyes es un chico cualquiera, como él mismo dice, es un don nadie, pero aspira a ser algo, a que su familia viva en un lugar mejor, y más ahora que regresa a casa, Palmira City, con un título universitario bajo el brazo. Pero todo da un vuelco cuando descubre que sus padres, su tío, su abuela y su hermana le han escondido que Kord Industries los va echar de casa, que han perdido el taller que les daba trabajo a todos y que su padre ha sufrido un infarto. Sin intención de rendirse, Jaime aceptará un empleo como criado en la casa de Victoria Kord, la jefa de la mencionada empresa que controla toda la ciudad; pero cuando ve que esta se pelea con su sobrina, Jenny, sale en su defensa y lo único que consigue es que lo echen… además de que Jenny le ofrezca la posibilidad de otro empleo. Entusiasmado por la idea y ensimismado por la belleza de Jenny, Jaime se presentará en el momento menos oportuno, justo cuando la joven acaba de robar de los laboratorios de Kord un escarabajo azul en el que Victoria sustenta la división militar de la empresa. Sin saber qué hacer, Jenny lo confiará al primero que tiene a mano, Jaime. Aunque solo parece una figura de algún tipo de metal, la familia Reyes no sabrá qué pensar o hacer cuando este se active al tocarlo Jaime, que lo envolverá en un exoesqueleto que le otorgará unos poderes digno de Superman o Aquaman… aunque solo quisiera el dinero de Bruce Wayne.
Lo primero que tenemos que saber es que este par de referencia son las únicas sobre el universo DC, ya que si bien se trata de un personaje de la distinguida competencia, no hay demasiadas alusiones a él, hasta el punto que si nos dijera que es un personaje independiente, nos lo creeríamos. Pero lo curioso de todo el asunto es que funciona mejor que otras cintas de superhéroes recientes. Sea por la frescura del personaje o por el buen saber hacer de la producción, pero sigue siendo de lo mejor de género de los últimos años.
Ahora tampoco os penséis que Blue Beetle es la quintaesencia del cine de superhéroes, al contrario, ya que se perciben los antecedentes por todas partes. Desde una historia de orígenes tipo Spider-Man, un humor que se asemeja a Shazam, un tono ochentero siguiendo la estela de lo último de Thor y unos poderes en la línea de Iron Man. En pocas palabras, se trata de un refrito, un más de lo mismo pero que es consciente de ello y que nos cuenta una historia sin demasiadas pretensiones más allá de hacernos pasar un buen rato.
Ángel Manuel Soto consigue, a partir de los mismos recursos de siempre, tejar una peli más que resultona a la que no pesa las innecesarias conexiones con otras y con unos personajes más que acertados.
En este aspecto cabe destacar la labor de todo un reparto que, cuanto menos, es acertado, ya que desde un joven Xolo Maridueña en un papel principal que en ningún momento le va grande, hasta Adriana Barraza como la sorprendente Nana, pasando por el exagerado pero divertidísimo George Lopez como el tío Rudy, todos están perfectos dando vida a unos personajes que, a priori, son más bien planos. De todos ellos, la que menos está a la altura es la quebmás caché tiene, ya la villana de Susan Sarandon está un tanto bastante desubicada, como si no supiera qué hacer con papel bastante superficial y sin nada que contar que ser la mala; hasta el punto de que en cualquier escena compartida se ve superada por los demás.
Volviendo al protagonista, en una peli como esta es esencial que este pueda soportar el peso narrativo, y, sorprendentemente, Maridueña logra estar a la altura en todo momento, incluso cuando debe luchar en mitad de la dicotomía del personaje, entre su faceta de niño bueno y la de héroe. En Blue Beetle se repite el éxito de la fórmula de Iron Man en la que un actor relativamente desconocido logra tocar las estrellas al cargarse el peso de toda la peli a las espaldas y superarlo con éxito.
Así pues, a pesar de tratarse de la enésima historia de orígenes de un superhéroe, con los temas y arquetipos más trillados, Blue Beetle sorprende por refrescar el género con un tono desenfadado y sin el encorsetamiento de un universo compartido. Crucemos los dedos para que esta sea la nueva dirección de DC.