Como viene siendo costumbre en Hollywood, cuando una peli da el pelotazo, lo primero que se piensa es en hacer la segunda parte, y eso es exactamente lo que sucedió con Cars. La historia de Rayo McQueen caló lo suficientemente hondo en el público, la crítica y los realizadores para convertirlo en uno de los buques insignia de Pixar —aún hoy sigue siendo uno de los reclamos del estudio—, por eso cinco años después del estreno de Cars, llegó a la gran pantalla Cars 2… aunque lo cierto es que se debería haber llamado La película de Mate. El propio Lasseter ha contado en más de una ocasión que la idea para esta cinta se le ocurrió durante los meses de gira del estreno de Cars, preguntándose que haría Mate en situaciones raras y extrañas a lo largo y ancho del mundo. Así que, sin dudarlo ni un segundo, Rayo quedó en un segundo plano, cuya trama solo es una excusa para sacar a pasear a Mate, y los focos se centraron en él para convertirlo en algo tan alejado del personaje como un espía.
Después de cuatro largas temporadas llenas de triunfos, Rayo regresa a Radiador Springs para pasar un verano tranquilo junto a Sally, Mate y el resto de sus amigos. Sin embargo, Sir Miles Axlerod, un magnate de las energías renovables, organiza una carrera con los mejores corredores de todas las categorías, desde la fórmula 1 al rally, siendo Rayo, ganador de la Copa Pistón, el único que ha declinado el ofrecimiento porque quiere destacar. Pero Mate se interpondrá en su camino cuando tenga una acalorada discusión con Francesco Bernoulli, corredor de F1, provocando que Rayo deba dejar sus vacaciones y viajar con todo su equipo a Tokio, lugar en el que empezará la competición. Lo que ninguno de ellos sabe es que hay un misterioso villano —muy a lo James Bond— que pretende desbaratar los planes de Sir Axlerod manipulando su combustible ecológico para hacer que los coches en la carrera les estalle el motor. Por fortuna, para detenerlos, estará Finn McMissile, el mejor espía británico, que contará con la inestimable ayuda de alguien tan inesperado como… Mate.
Iremos por partes, en primer lugar se tiene que decir que es cierto que la peli es entretenida, y aunque en general queda por debajo de la primera parte, lo cierto es que cumple con los requisitos para divertir a toda la familia. Sin embargo, cuando uno hila más fino, verá que la trama tiene poco sentido y hace perder mucha de la coherencia lograda con Cars. Aquí, no solo Rayo queda en un segundo plano, sino que también queda al margen es factor más humano, más sentimental que caracteriza las cintas de Pixar, ya que salvo el conflicto en la amistad entre Rayo y Mate —algo que queda en un segundo plano rápidamente—, el resto de la cinta se centra, sobre todo, en esa faceta bondiana, dejando al margen una historia sincera y cercana para entrar de lleno en la acción de una gran superproducción de espías. Se podría decir que al hacer que el mundo de Cars crezca, yendo más allá de la Copa Pistón, los circuitos y de Radiador Springs, este pierde consistencia y la lógica se rompa.
Por otro lado, si bien en Cars Mate era una personaje esencial, al centrar toda la atención en él, vemos que deja de ser un simpático simplón —como pudiera ser Goofy—, para ser un personaje que llega a hacerse pesado, sobre todo cuando parece no entender nada de lo que le rodea y meterse en líos por el mero hecho de ser un «cateto de pueblo». Es decir si en la primera peli, a pesar del hecho de que todos son coches, te podías llegar a creer la trama, en este caso no sucede así, yendo de una situación imposible a otra sin parar.
Para sorpresa de nadie, John Lasseter se encarga de la dirección y de la historia junto al equipo principal de Pixar, mientras que en el reparto, además de repetir las voces que tanto encajaron en la primera cinta, se añaden nombres propios como los de Michael Cane, John Turturro, Joe Mantegna, Jason Isaacs, Bruce Campbell, Vanessa Redgrave y Franco Nero. Mientras que la versión española repite Fernando Alonso, a la vez que Lewis Hamilton se dobla a sí mismo en varios idiomas.
Lo cierto es que si te gusta mucho la primera parte, verás esta, aunque solo sea de paso por no decir que no las has visto, ya que incluso cuando uno descubre Cars 3, ve que los sucesos que tienen lugar aquí pasan bastante por alto, hasta al punto de poder ver la uno y la tres, sin perderte nada. Lo cierto es que se trata más de una peli para aprovechar el tirón de la primera y del carisma del personaje de Mate, con la mala fortuna que se excede en su grandilocuencia hasta el punto que la hace completamente prescindible. Una pena, pero por suerte hubo una cinta más para cerrar la trilogía.