
Un hombre anónimo baja de su furgoneta cargando una cesta con la ropa sucia y se encamina sin titubeos hacia la lavandería. No muy lejos de él, unos pandilleros están acosando y agrediendo a unas chicas, aparentemente prostitutas. A pesar de que no puede evitar fijarse en ello, el hombre sigue su camino hacia la lavandería. Más tarde, mientras espera que termine su colada, ve como el grupo de delincuentes le ofrecen traficar con droga a un chico y, al negarse este, no dudan en empezar a sacudirle. Mientras observa la escena desde un puesto de bebidas, el propietario de este, que va en silla de ruedas, le advierte que si se mete con ellos puede acabar como él, ya que eso fue lo que le pasó. A pesar de la advertencia, el hombre compra una botella de Jack Daniel’s y va de frente contra los pandilleros. Solo armado con la botella de whiskey, el hombre mata, hiere o deja moribundo a todos los pandilleros, dejando para el final a su líder, al que rompe piernas y brazos y lo empapa con el contenido de la botella. Mientras el delincuente implora compasión, el hombre deja un mechero encendido a sus pies y le pregunta: «¿Sabes la diferencia entre justicia y castigo?», y se va. Instantes después, mientras recoge la colada, una de las chicas arroja el mechero sobre el pandillero y este arde entre horribles exclamaciones de dolor. Con la ropa limpia, el héroe anónimo regresa a su furgoneta, mientras recoge sus cosas, el chaval que acaba de salvar, se acerca a él y le dice que se ha dejado una camiseta. El hombre le dice que se la quede, total, tiene un agujero y se va. Mientras la furgoneta se aleja, el chico la desdobla descubriendo el símbolo de The Punisher, revelándonos que el héroe anónimo no era otro que Frank Castle haciendo la colada.
Ocho años después de estrenar la que, de momento, es la mejor película que se ha hecho del Castigador —y cuatro años después de la horrible adaptación del personaje, que es mejor olvidar—, Thomas Jane retoma el papel de Frank Castle para participar en este fan film.
«Quería hacer un fan film de un personaje que siempre he querido y he creído en él. [Dirty Laundry] es una carta de amor a Frank Castle y a sus fans. Ha sido una experiencia increíble ver como todos participábamos solo por diversión. Ha sido asombroso formar parte de esto de principio a fin; esperamos que los amigos de Frank Castlelo disfruten tanto viéndolo como nosotros haciéndolo».
Afirmó el actor en la San Diego Comic-Con de 2012, en la que fue presentado este cortometraje producido por Adi Shankar, uno de los referentes en el mundo de los fan film y los «bootleg», responsable también del sorprendente corto ambientado en el universo de los Power Rangers.
Además de contar la inestimable y necesaria participación de Thomas Jane en el papel de Frank Castle, los responsables de este cortometraje pudieron con la ayuda de Sammi Rotibi —que participó en películas como El señor de la guerra (Andrew Niccol, 2005) y Django Desencadenado (Quentin Tarantino, 2013), y que también está previsto que forme parte del elenco de Batman vs Superman: Dawn of Justice (Zack Snyder, 2016)—, para el papel de líder de los pandilleros; y, lo que es aún más increíble, la participación de uno de los grandes del cine de género, Ron Perlman —al que no le hace falta presentación—, como el tullido Big Mike.
Si nadie nos lo dijera, al tener ante nosotros Dirty Laundry creeríamos estar viendo un producto oficial de Marvel, no solo por contar con actores importantes, sino también por la calidad de la grabación. En muchas ocasiones, los fan film pecan de que se nota demasiado que son fan film, bien por la falta de medios, por la sobreactuación de sus actores o, simplemente, por la simpleza de la trama; en cambio, Dirty Laundry, no tiene ninguno de estos defectos, llegando a ser tremendamente realista, tanto como ficción como fan film. El único defecto, en este sentido, es la sangre, y no por exceso —hoy en día ya estamos acostumbrados eso—, sino porque se nota que es digital, tanto por su extraño comportamiento físico, como la cantidad. Del mismo modo, si bien los huesos de los pandilleros parecen de cristal cuando los toca Frank Castle —que por muy Castigador que sea, no tiene superpoderes—, mientras que la botella de whiskey que usa como arma es excesivamente resistente… Y antes de que nadie proteste, no pienso gastarme los cuartos en una de Jack Daniel’s para descubrir su resistencia.
A pesar de ello, este cortometraje, tanto por su factura como por su protagonista, sirve de un epílogo perfecto para la película de 2004, ayudándonos a pasar por alto otras versiones cinematográficas del Castigador. En este sentido, este corto, así como la mencionada película, junto otras cintas basadas en Marvel, podrían formar parte de lo que podríamos llamar, la Fase 0 del Universo Cinemático de Marvel. Ya que si lo que ahora esta haciendo Marvel es increíble, en muchas ocasiones sería bueno tener en cuenta películas que se hicieron antes de la locura de Los Vengadores y compañía, y que valieron mucho la pena.