Después de la mitiquísima Fargo, los hermanos Coen nos trajeron El gran Lebowski, una de esas pelis muy querida por los fans, aunque muy incomprendida por gran parte del público. Esta joya cinematográfica de los hermanos Coen, no es solo un festín visual y narrativo, sino también un desfile de personajes tan ricos y variados como un buffet en Las Vegas con una banda sonora que es prácticamente un personaje en sí misma.
El film es un viaje psicodélico a través de la vida de «El Nota» (The Dude), un héroe accidental en pantuflas y bata de casa, que parece haberse perdido en su camino a la nevera y terminó en una película. Junto a su peculiar grupo de amigos, El gran Lebowski cuenta con uno de los mejores elencos de personajes, todos llenos de carisma y personalidad única.
El nota es el epítome de la despreocupación, interpretado magistralmente por Jeff Bridges. Este hombre, con su bata y pantuflas, se convierte en un héroe involuntario en un mundo que parece haber perdido el manual de instrucciones. El nota es más que un personaje, es un estado de ánimo, una filosofía ambulante que predica la calma en un mar de caos. Su búsqueda de justicia por una alfombra mancillada es tan absurda como conmovedora, convirtiéndose en una metáfora de nuestra propia búsqueda de sentido en la vida.
Luego está Walter, interpretado por John Goodman, un hombre cuya intensidad es comparable a un huracán atrapado en una tienda de porcelana. Su obsesión con Vietnam y su inflexible interpretación del judaísmo aportan un humor negro muy adecuado para la peli. Walter es el amigo que todos temen, pero secretamente admiran, siempre listo para saltar al abismo de la locura por un compañero.
Luego esta Donny (Steve Buscemi) pero no está en su elemento.
En la inesperada y ajetreada vida de El nota. aparecen otros personajes peculiares. El otro Lebowski, el millonario (interpretado por David Huddleston), es la antítesis perfecta de nuestro héroe. Es un estudio de lo que sucede cuando el poder y el dinero se encuentran sin un manual de ética. Su hija Maude Lebowski, interpretada por Julianne Moore, es una artista transgresora y empoderada. También merece mención la inolvidable presentación de Jesus Quintana de John Turturro, con una de las escenas más parodiadas de la historia del cine. Y, por supuesto, no podemos olvidar a los nihilistas.
La banda sonora es otro personaje en sí misma, con melodías que van desde Bob Dylan, el temazo de Kenny Rogers – Just Dropped In hasta una versión surrealista de «Hotel California» por los Gipsy Kings. Es la playlist perfecta para tu próxima fiesta en la bolera o para reflexionar sobre la existencia mientras miras fijamente una alfombra.
Así que, si buscas una película con una moraleja profunda, sigue buscando. Pero si lo que quieres es ver cómo un vago se convierte en un héroe accidental en un mundo que tiene menos sentido que un poema escrito por un mono con una máquina de escribir, El Gran Lebowski es tu película. Y ahora, si me disculpan, voy a ver si encuentro una alfombra que pueda llevar mi sala de estar al siguiente nivel existencial.