
Era una de las películas del año que más ganas tenía de ver, y la verdad es que me ha dejado un poco frío (y no porque sea del norte). Por un lado, tiene cosas muy buenas pero por el otro, no es nada que no se haya visto ya. Es curioso porque con las dos películas anteriores de este director me pasa lo mismo. La Bruja tiene una ambientación y un diseño que te atrapa, pero una trama demasiado sencilla y para ser de terror pues no lo es mucho, aun así es de lo mejorcito del género. El faro también es una muy buena peli, destacando la gran actuación de los dos protagonistas Robert Pattinson y Willem Dafoe (este último magistral) y el gran diseño visual que tiene, pero con un final que intenta aparentar más de lo que es. Y es en esta tercera película suya donde se sigue la misma pauta que las anteriores.
Visualmente es impactante, los escenarios, los planos, todo está muy cuidado. Poco CGI vas a ver aquí. Las escenas de batallas, aunque muy escasas, tienen un ritmo intenso, en especial una que se apoya de un plano-secuencia muy bien rodado (de hecho esta es la única batalla potente que se muestra aquí). Si sumamos a esto una intensa banda sonora acorde a lo que esperas escuchar en una peli del estilo, hacen que esta sea una de esas obras que entra por los ojos. Por supuesto hay violencia, sangre y muchas muertes, algo esperado en una peli así.
Los personajes, por lo general, cumplen sobradamente. Tenemos a actores conocidos como Nicole Kidman, Ethan Hawke o Willem Dafoe (este último un cameo más que otra cosa) y la últimamente muy popular Anya Taylor-Joy, cuyo papel podría haber estado más desarrollado. El protagonista es Amleth interpretado por Alexander Skarsgård y hay que reconocer que da mucho el pego, sobretodo en las primeras escenas donde su físico impone mucho respeto. Luego se corta el pelo y pierde esa imagen del clásico vikingo rudo. Lo malo es que su papel, para ser el protagonista, no ofrece nada fuera de lo común, no llega a ser un personaje lo suficiente carismático como para que sea uno de esos que pase a la historia del cine.

La peor parte se la lleva la historia, que analizándola fríamente es lo de siempre, una historia de venganza típicas del género. Parece ser que esta es la historia que inspiró al Hamlet de Shakespeare y quizá sea así, pero eso no quita que podría haber sido mucho más potente. Tiene un inicio algo atropellado y cuando parece que la cosa mejora, nos deja con una trama ambientada en un escenario muy concreto y se pierde gran parte del ritmo que tenía hasta entonces. Aunque la escena final hay que reconocer que es muy espectacular. Como es habitual en el director, e igual que pasa en sus anteriores obras, mezcla realismo con esas visiones donde se juntan mitología y magia, con visiones o situaciones que no sabes muy bien si son reales o imaginarias.

A pesar de todo esto, no me entendáis mal. La peli me ha gustado y es bastante buena, pero quizá esperaba más. Quizá esperaba la peli de vikingos definitiva y no lo ha sido. De todas formas, merece muchísimo la pena verla y se agradece que de vez en cuando tengamos pelís de este estilo, alejadas de franquicias, remakes, reboots y superhéroes. Siempre da gusto ver obras así.