La guerra, la guerra no cambia nunca. La serie Fallout de Prime Video, adaptada de la icónica saga de videojuegos, ha conseguido lo que pocas adaptaciones logran: honrar su fuente original mientras crea una experiencia cinematográfica independiente y apasionante. Los creadores han logrado mantener la esencia de la saga de videojuegos Fallout con un respeto evidente por el material fuente, ofreciendo una narrativa visual y temática rica que encantará tanto a los veteranos de los juegos como a los recién llegados.
Desde un punto de vista visual, la serie es un triunfo. La estética retrofuturista, característica de los videojuegos, se ha trasladado a la pantalla con una fidelidad impresionante. Los paisajes desolados, las ruinas postapocalípticas y los detallados refugios subterráneos están recreados con un nivel de detalle que sumerge al espectador en este mundo devastado, hay muchos guiños a los videojuegos repartidos por el escenario. La ambientación mezcla la suciedad y la decadencia del yermo con la tecnología de los años 50, creando una atmósfera única y nostálgica. Además, la serie no escatima en escenas de acción y violencia, bastante bien ejecutadas, con un CGI a la altura.
La historia de Fallout comienza en Los Ángeles, 219 años después del apocalipsis nuclear de 2077, siguiendo la vida de los tres personajes principales: una moradora del refugio 33, un miembro de la Hermandad del Acero y un necrófago (una especie de zombie). Esta elección de personajes permite explorar diferentes facetas del universo de Fallout, desde la vida protegida y engañosa en los refugios hasta la lucha por la supervivencia en la superficie. También contamos con flashbacks, donde vemos la vida antes de la guerra y de los entresijos de la empresa Vault-Tec, la creadora de los refugios.
La serie se mantiene fiel a la atmósfera y filosofía de los videojuegos de Fallout. Elementos icónicos como los refugios antinucleares, la Hermandad del Acero, el Enclave y el humor negro están presentes y bien integrados. La trama incorpora referencias y detalles que los fanáticos reconocerán y apreciarán, como la obsesión por la energía nuclear y la parodia de la sociedad estadounidense y el comunismo.
Sin embargo, la serie también se toma algunas libertades creativas respecto a los videojuegos como que, en la serie, los necrófagos parecen ser inmortales y regeneran sus heridas, (algo que en los videojuegos es totalmente falso, son igual de fuertes que un humano, solo que estos aguantan más la radiación), han cambiado la posición de la ciudad de Shady Sans, cuna de la NCR (New California Republic). El uso de las servoarmaduras da la sensación de que utilizan energía infinita, cuando en los videojuegos duran muy poco. Faltaría que hubieran mostrado algún que otro monstruo como los sanguinarios (muy habituales en los videojuegos). Todo esto no seria un problema si no fuera porque han dicho que la serie es canónica, y forma parte del lore de Fallout, por lo que no tendrían que variar aspectos que en los videojuegos ya están más que asentados.
En definitiva, Fallout se posiciona como una de las mejores adaptaciones de videojuegos hasta la fecha, luchando con The Last of Us. Su capacidad para capturar la esencia de la saga original mientras ofrece una narrativa interesante, los personajes carismáticos, la trama intrigante y la cuidada ambientación visual hacen de esta serie un deleite para cualquier espectador. Si bien mantiene la fidelidad al espíritu de los videojuegos, también se atreve a innovar y adaptar, logrando un equilibrio que asegura su éxito tanto entre los fanáticos como entre quienes descubren este universo por primera vez.