Tras el giro que tomó la saga con la anterior Fast & Furious, ahora ya por fin tendremos un estilo propio que será continuado para el resto de películas, este Fast & Furious 5, es por decirlo de alguna manera, el ejemplo de lo que viene: mucha acción, reunión de todo los personajes que han aparecido por la saga, trama facilona y coches de todo tipo, vamos mucho fast y mucho furious.
La historia parte donde la había dejado la anterior. Brian (Paul Walker) y Mia (Jordana Breester) pretenden sacar a Toretto (Vin Diesel) del autobús penitenciario ya que estaba condenado a ir a la cárcel. Logran fugarse y se convierten en fugitivos (valga la redundancia). Así que deciden irse a Rio de Janeiro donde está su antiguo amigo Vince (Matt Schulze). Este les propone un nuevo golpe pero son pillados por el capo más importante de Rio, Reyes (Joaquim de Almeida). Nuestros compañeros decidirán planear un atraco para robarle toda la pasta a Reyes y así rehacer sus vidas. A su vez la policía de Estados Unidos decide, mandar a un comando con sus mejores agentes, Hobbs (Dwayne Johnson) y Elena (Elsa Pataky).
Estamos ante sin duda con la secuela con más acción de todas, si en las primeras A todo gas, el punto principal eran las carreras callejeras, aquí predomina la acción con explosiones y disparos como si de una peli más del género se tratase, al nivel del Equipo A en cuanto a exageración. El que va a ver una peli de A todo gas sabe a lo que va, en este caso han reunido a todos los personajes importantes de la saga. A parte de los protagonistas Brian, Toretto o Mia, está Roman (Tyresse Gibson) y Ludacriss , de la dos, Vince (Matt Schulze) de la uno, Han (Sing Kang) de la tres, y Gisele (Gal Gadot) de la cuatro, además de los raperos Tego Calderon y Don Omar. Estos formaran un equipo que al estilo Ocean’s Eleven se dedicarán a planear un atraco en toda regla para hacerse con todo el dinero que tiene Reyes en su caja fuerte. Porque esa es otra, hay muchas escenas que recuerdan a otros films como The Italian Job o Triple xXx, pero más pasado de vueltas. De hecho es aquí donde nos damos cuenta que la física del universo Fast & Furious es distinta a la nuestra, aquí lo imposible se hace posible. Aquí un par de coches pueden arrastrar una caja fuerte de dos por dos y no se cuantas toneladas por las calles de Rio sin que las leyes de la termodinámica entren en escena, algo que será habitual en las siguientes entregas. Pero el gran acierto del director ha sido poner a Dwayne Johnson como archienemigo de Vin Diesel, nunca se ha visto tanto ego por metro cuadrado junto. Dos tíos hipermazados, hipercalvos, hipersudorosos, de chiste fácil se enfrentaran en una lucha más propia de titanes, porque como ya vimos en la anterior, nuestros protagonistas han aprendido nuevas técnicas, todos saben luchar, son expertos en robos o hackeos, en conducción por supuesto, en fin, han adquirido una serie de habilidades propias de James Bond.
En definitiva un film palomitero de acción y coches, enfocado al público joven, seguidor de la saga y bastante mejor que las anteriores películas en cuanto a diversión, la formula como veremos les ha funcionado muy bien y el éxito en taquilla es un claro ejemplo. Además tiene alguna que otra sorpresa y cuenta con escena post-creditos al estilo Marvel. Que más se puede pedir.