Nueve películas ya, viente años han pasado desde la primera entrega y es increíble que esto siga funcionando, pero al César lo que es del César, la saga ha sabido reconducirse para ofrecer exclusivamente puro espectáculo, sin complicaciones. Como dicen por ahí, esta saga es el McDonald’s de la comida o el reggaeton de la música, odiada por muchos y querida por otros tantos.
La historia vuelve a ser la de siempre, el grupo de Dom tiene que encontrar un chip, objeto tecnológico o algo para evitar que el malo de turno destruya el mundo, básicamente es eso, la misma trama que las anteriores cambiando el objeto en cuestión. Pero para meterle algo más de chicha, en esta ocasión, el malo de turno es nada más y nada menos y nada más que el hermano de Dom. Sí, resulta que Dominic Toretto, a pesar de que va pregonando por ahí diciendo que lo importante es la familia y que hay que cuidar de los suyos, nunca en estos vientes años lo ha nombrado, ole tú. Está claro que no deja de ser un recurso de guionista perezoso, pero bueno, nadie espera una trama profunda en este tipo de pelis.
Después de tomarse dos películas de descanso, Justin Lin vuelve a la silla de director para traernos esta novena entrega, al fin y al cabo, fue él quien empezó con este nuevo estilo de la saga y que ha seguido manteniendo hasta ahora. La película es lo de siempre, si te gustó el estilo de las anteriores esta tendría que gustarte, pero claro, cuando nuestro equipo se ha enfrentado con mafias, narcotraficantes, tanques, submarinos, terroristas, ejércitos privados y un largo etcétera, uno espera que superen lo anterior con lo más inverosímil posible. Y sí, esto hace que el surrealismo suba como la espuma, Vin Diesel es un superhéroe, es inmortal, fuerza sobrehumana, en fin, podría ser tranquilamente un miembro de Los Vengadores, no hay nada que no pueda hacer, viola cualquier ley de la física. Además, en esta ocasión se queda solo, es el único calvo forzudo (sin contar a Tyrese) de la peli, ya que tanto La Roca como Statham no aparecen en esta película, demasiada testosterona supongo. Por lo que Vin se encarga de todo lo duro, todo es posible si se tiene fe. Para esta ocasión, además se profundiza con el pasado de Toretto, por lo que lo veremos de joven y con los problemas que tuvo por la muerte de su padre. También veremos la relación con su “nuevo” hermano Jakob, interpretado por John Cena, el más que conocido luchador de WWE que ya lleva unas cuantas pelis a sus espaldas, no lo hace mal, encaja en el perfil de este tipo de películas. El resto de protagonistas siguen igual, y como últimamente se está poniendo de moda, resucitan personajes que todos creíamos muertos, aparece de nuevo el chino de la tres, Han, aunque bueno, supongo que ya a nadie le sorprende esto.
La película tiene muchos momentos de acción muy espectaculares, y demasiado pasados de rosca, ya no hay ningún límite ni ningún intento de parecer algo realista, no busques explicación a nada de lo que estás viendo, el problema es que esto ya no sorprende, si en la próxima peli aparece una invasión extraterrestre o meten robots asesinos nos parecería que sigue su curso natural, ya no esperas menos, y esto es un arma de doble filo.
En definitiva, nueve películas y la fórmula no parece agotarse, ya está en marcha la décima y posiblemente haya alguna más, también se espera que haya una segunda parte del spinoff Hobbs & Shaw. Está claro que mientras siga dando beneficios se seguirá estrujando la gallina de los huevos de oro.