«Todo el mundo debería aprender a nada», con estas simples palabras el narrador abre este cortometraje en el que veremos a Goofy aprender a nadar, primero en seco sobre un taburete a la vez que se juega el físico ante el tráfico mientras nada como los buscadores de perlas, salvavidas y… ranas.
Una vez dominada la teoría de la natación debemos aprender a cambiarnos en una típica caseta de playa, algo que hoy se podría traducir en hacerlo en la parte trasera de un coche. En esta parte del cortometraje también conocemos lo perjudicial de comer mucho antes de nadar. Seguidamente, a pesar de que Goofy no es un lince en los deportes, el narrador lo conduce a probar el salto del trampolín, que Goofy practica sin la menor gracia.
Visualmente, How to Swim contiene algunos de los mejores gags de Goofy, desde el que ya hemos comentado de la natación sobre un taburete, al intento de cambiarse en el interior de una caseta de playa —algo que nos puede recordar el camarote de los Hermanos Marx en Una noche en la ópera (1936)—, o el salto de trampolín, tanto en la parte del salto, como en el gancho final de encontrar la piscina vacía.
Este cortometraje bien podría considerarse una continuación del de Hawaiian Holiday (1937), tanto por el bañador de Goofy como por la tonadilla que no deja de sonar.
Uno de los elementos que regresa a la serie de cortometrajes de Goofy es la sombra o silueta. En esta ocasión, una silueta de aspecto humano parece que al principio es un inofensivo perfil para que Goofy se guie, sin embargo, en seguida descubrimos que es igual de malintencionada que la sombra de The Art of Self Defense (1941), ya que utiliza la cabeza de Goofy como trampolín.