La productora Rojo Camaleón nos presenta, de la mano de su director David González Rudiez —ganador del premio al Mejor Director del pasado Notodofilmfest—, este corto de terror protagonizado por Carlos Algaba. Digo terror porque, a pesar de sus escasos dos minutos, consigue hacerte pasar mucho miedo. No os imaginéis que recurre al clásico terror y el gore, no; Invasión se nutre de una visión del miedo más actualizada, en el que no asusta más por ser más asqueroso, sino porque consigue introducir una situación de horror en la cotidianidad del público.
El protagonista de esta historia es un hombre que, como muchos de nosotros, está disfrutando de una noche de televisión, cuando, de repente, recibe una imagen por Whatsapp en la que se ve a él mismo por la espalda. Asustado, mira hacia atrás y no hay nadie. Al investigar por su casa, que ya no le resulta tan segura como suponía mientras veía la televisión, descubre que alguien ha entrado y sus intenciones no son precisamente buenas.
En este sentido, no podemos negar, que la solitud de nuestras casas, a veces, puede darnos miedo —cuantos habremos abierto una luz de golpe para asegurarnos que estamos solos, o cuantos nos hemos asustado al ver un montón de ropa sobre una silla al contraluz de la ventana—, e Invasión se aprovecha de ello.
Con una puesta en escena más que correcta, en la que prescinde del diálogo, este corto juega con las nuevas tecnologías, y no las de las grandes películas de ciencia ficción, sino con las que usamos cada día, como los servicios de mensajería instantánea, convirtiéndolos en una herramienta para acrecentar el miedo en la víctima-protagonista y en el público.
Una vez más, vemos como un corto bien realizado consigue dejarnos más satisfechos que algunos grandes largometrajes. Sin embargo, no os recomiendo que veáis Invasión una noche que estéis solos en casa, porque os aseguro que no vais a poder pegar ojo.