La Roca parece que se ha hecho dueño de las comedias de acción y cine familiar. Lo hemos visto en la nueva de Los vigilantes de la playa, en San Andrés, Viaje al centro de la tierra 2, Proyecto Rampage, Hércules, Dolor y Dinero y unas cuantas más, raro es la película en que no aparezca y por supuesto lo tenemos también en esta.
La nueva de Jumanji cambia el enfoque y se moderniza para encajar en los tiempos actuales, si en la original el juego era un tablero de mesa, con sus figuras y sus dados, en esta tenemos una videoconsola que tiene la capacidad de absorber a las personas e introducirlas en el videojuego para vivir la aventura, vamos al estilo Tron o Ready Player One pero con mejores gráficos. Ahora la jungla no va a la ciudad si no que son los jugadores los que visitan la jungla. Los protagonistas que son unos chavales adolescentes en el mundo real, se convierten en avatares de personajes arquetipos, aquí es donde se lucen los cuatro actores principales siendo Dwayne Johnson y Jack Black los más divertidos.
La película en sí no es nada del otro mundo, tira de todos los tópicos del género pero aun así es una película simpática y entretenida. Quitando algún que otro guiño a la original, esta secuela no se le parece en casi nada. De hecho no hacia falta hacer una secuela, pero como estamos en una época de revivir todas aquellas películas que triunfaron en el pasado le ha tocado el turno ahora a Jumanji. Y por suerte lo que a priori podría parecer un mojón de película, se salva por el nuevo estilo que le han dado. Me recordó mucho a lo que se hizo con la de Los vigilantes de la playa donde el humor gamberro y lo absurdo destacan por encima del resto.
Evidentemente no la considero mejor que la original de 1995, ya que aquella me pareció una película más completa y además era una de mis favoritas cuando era pequeño. En aquellos tiempos la película impresionaba: efectos especiales, la estampida, la transformación de la casa, los toques de humor, Robin Williams, y un concepto mucho más original para la época hicieron que se convirtiera en un clásico del cine. Evidentemente la secuela no le llega ni a la suela de los zapatos, pero han sabido alejarse lo suficiente de la original como para no manchar su imagen, de hecho ni siquiera es necesaria haber visto la de Robin Williams para ver esta y tampoco es una peli que se vea como una secuela directa.
De esta manera se mantiene el respeto a la original y se abre un formato de películas cuyas secuelas pueden ser infinitas con la escusa de que los personajes se introducen en un videojuego. Y como la trama en estas películas no es algo primordial, solo nos hace falta contar con una sucesión de gags, música cañera y algún que otro actor cómico reconocido para venderla.
En definitiva, Jumanji se salva y acaba ofreciendo algo por encima de lo esperado. Entretiene y se disfruta a partes iguales, ideal para verla en esos momentos en los que solo quieres desconectar y pasar un buen rato sin hacer trabajar al cerebro.