La película La sociedad de la nieve de Juan Antonio Bayona ha llegado generando gran expectación. Esta adaptación de la novela de Pablo Vierci se inspira en la famosa historia de supervivencia del equipo de rugby uruguayo en los Andes en 1972. Ha recibido elogios de la crítica y ha sido nominada al Oscar a Mejor Película Internacional, aunque no ganó el premio.
Este nuevo enfoque se propone como un retrato humanista y realista, usando actores latinos desconocidos que hablan en su lengua natal, buscando rendir homenaje a los pasajeros del vuelo. La película se destaca por su apartado técnico, especialmente la fotografía, con impresionantes planos de paisajes nevados, así como el vestuario y maquillaje, por algo también ha sido nominada al Oscar al mejor maquillaje/peluquería. Sin embargo, la narrativa sufre de cierta monotonía y falta de conexión emocional con los personajes, cuyas personalidades y dramas no logran un impacto profundo en el espectador.
Es inevitable comparar La sociedad de la nieve con la película ¡Viven! (1993), dirigida por Frank Marshall y protagonizada por Ethan Hawke. Si bien ambas se basan en el mismo evento, la película de Marshall se centra en la experiencia individual de los supervivientes, transmitiendo con mayor eficacia la angustia, la esperanza y el espíritu de lucha que caracterizó su odisea. La sociedad de la nieve, por el contrario, adopta una perspectiva más distanciada, sacrificando la conexión emocional en aras de un enfoque más formalista. Quizá le faltaría algo más de drama y fuerza, hay decisiones, como la idea de comerse a los fallecidos que queda demasiado desenfocado, no ahondan mucho en lo impactante que tiene que ser dar ese paso. Tampoco hay muchas discusiones o peleas, parece que todo el mundo acepta enseguida lo sucedido e imagino que la situación real tuvo que haber bastante tensión entre los compañeros.
A pesar de todo, la peli está muy bien y contiene muchos momentos brillantes, como la recreación del accidente, que te deja con la boca abierta. O la idea de utilizar a “ese” narrador, o los cameos de alguno de los supervivientes. Sin duda son acercamientos muy conseguidos por el director.
El accidente de los Andes y la posterior lucha por la supervivencia de los jugadores de rugby uruguayo conmocionó al mundo entero. La película de Bayona tiene la oportunidad de reavivar el interés por esta historia y generar un debate sobre la capacidad del ser humano para afrontar situaciones extremas.
En resumen, La sociedad de la nieve es una obra que, pese a sus defectos, representa una interesante y digna adaptación de un relato de supervivencia humano. La dirección de Bayona y el enfoque en la colectividad y la lucha humana contra los elementos naturales ofrecen una experiencia cinematográfica que, aunque podría beneficiarse de una mayor profundidad emocional y narrativa, merece ser vista al menos una vez.