Estamos en el año 2029, la era de los héroes mutantes ha pasado a la historia y cada vez hay menos, sobre todo porque hace años que no nace ningún mutante. Entre los últimos que quedan se encuentran Logan y Caliban, que un poco contra su voluntad, viven en una nave industrial al otro lado de la frontera, en México, dónde cuidan de un anciano Charles Xavier, que sufre una enfermedad degenerativa. Todo parece indicar que el final se acerca, y que los mutantes no han sido más que un error genético pasajero, sin embargo aparece en sus vidas, Laura, una pequeña niña silenciosa y enfurruñada que, para sorpresa de todos, tiene los mismos poderes que Logan, convirtiéndola, de un modo u otro, en su hija.
Este nuevo halo de esperanza se ve ensombrecido cuando un grupo de mercenarios de una gran empresa americana, empieza hacer todo lo que está en sus manos para atrapar a la pequeña, obligando a Logan a protegerla e impedir que esos hombres la capturen.
Tras diecisiete años y nueve películas, Hugh Jackman se pone en la piel de Lobezno por última vez, y lo hace una de las mejores películas del universo cinematográfico de los X-Men, aunque a la vez es la película menos vinculada a este universo, tanto por su trama como por la manera de enfocarlo. Del mismo modo, Patrick Stewart, con cinco apariciones en el cine como el Profesor Xavier, también decide poner punto y final a una etapa muy importante en su carrera. Ambos actores, que tanta espectáculo han ofrecido, interpretan a unos personajes en el ocaso de sus vidas, y un ocaso bastante cruel, y más teniendo en cuenta los héroes que fueron en sus mejores tiempos.
En este sentido, esta película, salvando todas las diferencias, me recuerda a Sin perdón de Clint Eastwood, en la que unos viejos cowboys están en el final de sus vidas, viendo como las cosas cambian, apartándolos del mundo en el que crecieron y se hicieron hombres. Con Xavier indefenso por su enfermedad, convertido en una bomba de relojería que puede estallar y llevarse por delante centenares de vida, y un Logan que cada vez más le cuesta recuperarse, descubriremos que, aunque nos pese, todos los héroes tienen un final.
Aunque en ningún momento voy a negar que se trata de una excelente peli, seguramente una de las mejores de X-Men, también debo decir que el final que se merecían estos personajes y los actores que les han dado vida, desde mi punto de vista, tendría que haber sido mejor o, al menos, más al estilo Hollywood. Intentando no spoilear, el final de Logan es bastante evidente, y más cuando ambos actores han afirmado que ya no regresaran a sus respectivos papeles icónicos, sin embargo, creo que tendrían que haber puesto un pequeño detalle, algo que nos dijera que, aunque es el final, Lobezno y Xavier son inmortales.
Antes comentaba que, aún siendo de las mejores pelis del universo, también es la que menos parece una peli de mutante y superhéroes, ya que a excepción de las escenas de acción con las cuchillas de Lobezno, los poderes de Xavier son casi inexistentes, y los de Caliban son muy discretos. Además, los villanos no son del estilo de Magneto, sino que son humanos, muy parecidos a William Stryker, y sus planes no son de dominación mundial, sino más a pequeña escala. Todo ello nos lleva a ver esta película más como un thriller de acción que una peli de superhéroes.
La historia bien tramada, los personajes apropiados y un excelente trabajo de reparto y técnico, convierten a Logan en un peliculón, seguramente uno de los mejores del 2017, sin embargo, cuando vayamos a verla, tenemos que tener en cuenta dos cosas: la primera, que no se trata de una película de héroes; y, la segunda, que no es una peli de ciencia ficción, sino un drama de acción bastante serio, no apto para todos los aficionados a Lobezno, X-Men y Marvel.