Como fanático del director Christopher Nolan y habiendo visto todas sus películas, Memento resalta como una de las mejores obras del director que encapsula brillantemente ese particular estilo de Nolan como guionista y director. Esta película de suspense y misterio, que narra la historia de Leonard, un hombre afectado por amnesia anterógrada no es solo una muestra de lo que el director podía hacer y lo que haría más adelante, sino también un rompecabezas narrativo que desafía al espectador a cada paso.
La trama de Memento se centra en la búsqueda de Leonard por vengar el asesinato de su esposa. Incapaz de formar nuevos recuerdos, utiliza tatuajes, notas y fotografías como su brújula en un mundo que se reinicia constantemente. Esta narrativa no lineal, que alterna entre escenas en blanco y negro que avanzan cronológicamente y escenas en color que se desarrollan en orden inverso, no solo es una técnica narrativa única, sino que también sirve para sumergir al espectador en el mismo estado de confusión y desorientación que experimenta Leonard.
Lo que realmente impresiona de Memento es cómo Nolan manipula las expectativas del espectador, sumergiéndolo en un torbellino de dudas y cuestionamientos sobre la memoria, la identidad, la verdad y la justicia. La película es un espejo que refleja cómo nos engañamos a nosotros mismos para dar sentido a nuestras vidas. El final, sorprendente y abierto a interpretación, es un testimonio de la capacidad de Nolan para crear historias que permanecen con el espectador mucho después de que los créditos han terminado.
Además de su estructura narrativa intrigante, la peli destaca por su profundidad temática. Explora la naturaleza de la memoria y cómo nuestra comprensión de la verdad está inextricablemente vinculada a ella. Leonard, atrapado en un ciclo perpetuo de olvido y descubrimiento, se convierte en un símbolo poderoso de nuestra propia lucha por encontrar significado en un mundo caótico. La película cuestiona si podemos confiar en nuestras propias percepciones y recuerdos, y cómo estos forman la base de nuestra identidad y moralidad.
Las actuaciones en Memento están al nivel esperado, con Guy Pearce entregando una interpretación magistral como Leonard. Su capacidad para transmitir desesperación, confusión y determinación es fundamental para que el personaje cobre vida. Los dos personajes secundarios (no hay muchos más actores en la peli), interpretados por actores como Carrie-Anne Moss y Joe Pantoliano, añaden esas capas de complejidad y ambigüedad, confundiendo más al espectador al no saber que traman para ellos.
Visualmente, la película es lo esperado en una cinta de su presupuesto (poco más de 9 millones de dólares). La decisión de Nolan de utilizar diferentes esquemas de color para distintas líneas temporales no solo ayuda a diferenciarlas, sino que también realza la atmósfera de misterio y suspense. La cinematografía y la edición están a la altura y demuestran ya en su época, que el director apuntaba maneras.
En resumen, Memento no es solo una de las mejores obras de Nolan, sino también un hito en la historia del cine. Su enfoque innovador en la narrativa, combinado con una exploración profunda de temas complejos y actuaciones destacadas, la convierte en una película esencial, no solo para los fans de Nolan sino para cualquiera que aprecie el cine como forma de arte. Es una película que necesita múltiples visionados, ofreciendo nuevas perspectivas y entendimientos con cada revisión.