Después de hacer la que creo que es la mejor película de su carrera, Terminator 2, James Cameron se tomó un descanso y nos trajo una entretenida y divertida película de espías con Mentiras Arriesgadas (True Lies), un tentempié antes de ofrecernos la obra que lo llevaría a los más alto: Titanic.
Harry Tasker es un agente que trabaja para Omega, una agencia gubernamental ultrasecreta encargada de acabar con el terrorismo. Como espía es imparable, es fuerte, carismático, sabe utilizar cualquier arma y manejar cualquier vehículo, sabe un montón de idiomas, etc. Pero a su vez, está casado y oculta su profesión a su familia. Para su mujer e hija, Harry no es más que un aburrido vendedor que no para de viajar a eventos y reuniones de negocio, lo que hace que su vida sentimental y familiar sea monótona. Helen, su mujer, está cansada de ser una ama de casa vulgar y corriente y quiere tener una aventura, algo que la haga sentir viva. Harry tendrá que luchar entre salvar el mundo y salvar su matrimonio.
James Cameron es sinónimo de acción y espectáculo, ya lo ha demostrado antes y con esta peli nos ofrece una divertida revisión del género de espías, es como si James Bond se hubiera casado e intentara vivir una vida normal a la par que intenta detener a los malos. Es una peli desenfadada y apta para todos los públicos, claro que es una peli de los noventa y los requisitos de lo family friendly eran más, digamos, permisivos. En aquella época, los malos eran los terroristas islámicos, hay montones de muertes, explosiones, se ve sangre, hasta se pega a mujeres. Algo impensable hoy en día si quieres hacer algo para todos los públicos, donde la moral y lo políticamente correcto reinan por encima del entretenimiento. Es por eso que ya no se hacen pelis como antes, aunque suene a tópico.
Una vez más, Cameron cuenta con “el chuache” para su personaje principal. Poco se puede decir de Arnold Schwarzenegger que no sepamos ya, y más en esa época donde era prácticamente el héroe de las películas de acción, el tío cumple y se desenvuelve bien, la sorpresa vino por la actriz Jamie Lee Curtis, la evolución de su personaje está desarrollada magistralmente y nos muestra una de las escenas ya icónicas del cine -sí, la del baile-, sin duda la sorpresa de la película. En cuanto al argumento, pues es lo típico, las típicas flipadas de agente secreto que convierten a nuestro protagonista en indestructible, él solo puede con todo el mundo, los típicos clichés del género y los toques de James Cameron, está claro que la peli no es una obra de arte, pero cumple su función, entretiene y pasas un buen rato, y eso que la peli es más larga de lo habitual llegando a las casi dos horas y media de metraje. Pero cuando las cosas se hacen bien la duración no es un problema. Entretenimiento puro.