Podríamos decir que con esta cuarta entrega, la saga de Misión Imposible coge un rumbo con un estilo muy personal, a partir de aquí, todas van a tener un mismo patrón. Un patrón con unas mecánicas muy bien elaboradas donde cada película mantiene el nivel esperado. Como ya dije en la anterior reseña, la saga tiene un rumbo muy parecido a la de Fast & Furious.
Con esta y las siguientes, tenemos lo que va a ser Misión Imposible desde ahora en adelante, acción intensa, persecuciones con vehículos, bastante humor, gadgets imposibles, tramas con giros de guion y Cruise corriendo constantemente. Es cierto que esto mas o menos lo tienen todas, pero a partir de aquí esta hecho todo de la misma manera. Y lo que puede parecer en un principio como repetitivo, es justamente su mejor virtud.
La historia sigue, como no, al agente Ethan Hunt. Tras ser acusado de un atentado terrorista con bombas contra el Kremlin, el presidente activa el “Protocolo Fantasma”, es decir, la disolución del FMI y toda su organización. Abandonado a su suerte y sin recursos, el objetivo de Ethan es rehabilitar el buen nombre de su agencia e impedir un nuevo ataque. Pero Ethan emprende esta misión con un equipo formado por fugitivos, cuyos motivos personales no conoce bien.
Protocolo Fantasma es el inicio de Tom Cruise haciendo una película de Tom Cruise. El tío acaba cogiendo un estilo y una forma de ser que prácticamente será el mismo en sus siguientes películas, y no me refiero solo a la saga Misión Imposible. Películas como Al filo del mañana, La momia, Barry Seal o la última de Top Gun son prácticamente el mismo tipo de personaje con la misma personalidad. Se podría decir que es el multiverso de Tom Cruise. Y lo que tendría que ser una crítica y algo malo, resulta que es lo mejor, porque quieras o no, Tomás Crucero mola, se divierte y se toma en serie sus películas (metafóricamente hablando). Y por esa razón, estas películas han triunfado bastante (bueno excepto la de la momia que es un bodrio).
Protocolo Fantasma tiene una de las mejores escenas de acción que se han visto en la saga, todo lo que rodea la trama de Dubai es de lo mejor del género. En especial, la parte de Cruise escalando el Burj Khalifa con unos guantes especiales, es increíble la sensación de vértigo, tensión y agobio que te dejan esas escenas. Y si encima te enteras que está rodado de verdad, sin dobles y solo con arneses de seguridad, te das cuenta de porque mola tanto Tom Cruise. Lo mejor es que a pesar de que él es el protagonista absoluto, el reparto en esta entrega está al nivel de lo esperado. A parte de Simon Pegg, tenemos a Jeremy Renner y Paula Patton como compañeros, siendo esta última la que se lleva toda la atención. La chica cumple sobradamente, llegando a quitarle protagonismo al propio Cruise en ciertas escenas. En cuanto al villano, tenemos al actor Michael Nyqvist que si bien cumple, tampoco es que destaque demasiado, el típico villano de este tipo de películas.
En definitiva, creo que con Misión Imposible: Protocolo Fantasma la saga coge el rumbo necesario convirtiéndola en una garantía de éxito asegurada. Las siguientes podrán estar mejor o peor, pero sabes que a poco que lo hagan bien, no defraudaran.