
Hoy es 21 de octubre del 2015, para ser exactos, y cuando miró por la ventana, o paseo por las calles de mi ciudad, no veo ni monopatines voladores, ni anuncios en tres dimensiones, ni coches que necesiten ruedas. Puede que la gente utilice ropa un tanto extraña, pero eso es solo una moda, aunque se le puede seguir llamando ropa, y en los cines, si bien estamos en plena de los remakes, los reboot y los re-que-quieras, no estamos esperando el estreno de Tiburón 19, a menos que las de Sharknado cuenten, que creo que no. Así pues, por mucho que nos pese, una vez más, el futuro no es como se anunció en el pasado, pero claro ¿qué podían saber Robert Zemeckis y compañía? ¿Quién sabe? Puede que al estrenar la película de Regreso al futuro II en 1989 cambiaran el curso de la historia, haciendo que todo lo que hubiera podido suceder después, no sucediera… No sé si me explico.
La película retoma la acción justo en el punto que la dejó la primera parte, con Marty y Jennifer viajando a bordo del DeLorean volador de Doc Brown hacia el futuro, en concreto a… hoy. Doc a descubierto que los futuros hijos de Marty y Jennifer se meterán en un buen lío haciendo que su familia se vaya a pique. Para resolver el embrollo, Brown irá en busca de Marty para que sustituya a su hijo —al que se parece en exceso— y evite la hecatombe. Sin embargo, un pequeño error al comprar un almanaque deportivo hace que el presente de 1985 cambie por completo en beneficio de Biff, que se convierte en el amo de Hill Valley. Marty deberá perseguir al viejo Biff mientras se aprovecha del almanaque para que su yo del pasado, el pasado de 1955, pueda enriquecerse y convertir su ciudad en su patio de recreo, esclavizando a todos los McFly.
Una lapidaria:
Marty: Si no hubiera comprado ese maldito libro, nada de esto habría ocurrido.
Doc: Eso pertenece al pasado.
Marty: Querrás decir al futuro.
Doc: ¡Da igual!
A pesar de que la primera parte de Regreso al futuro se había estrenado solo cuatro años antes, en 1989 la segunda entrega de esta aventura se esperaba con gran expectación, no solo por el final abierto de la primera parte sino por el gran número de fans que había generado en tan poco tiempo. Eso es fácil de entender, ya que además del gran número de referencias a los ochenta, Regreso al futuro tuvo la capacidad de crear sus propios hitos, elementos tan poco relevantes en aquella época, como los DeLorean, gracias a esta película se convirtieron en uno de los coches más buscados de la historia por los coleccionistas.
Todos los actores que participaron en la primera parte repiten en esta —a excepción de Crispin Glover que quiso rascar más dinero del que requería su papel de George McFly y fue sustituido por otro actor caracterizado y enfocado de lejos o del revés; y Claudia Wells, que fue sustituida por una actriz en alza como era Elisabeth Shue en el papel de Jennifer—, pero lo más divertido es que el héroe y el villano de la peli, Michael J. Fox y Thomas F. Wilson darán vida a diversos personajes, en concreto, Fox será él mismo de 1985 y de 2015, a su hijo Marty Jr. y a su hija, Marlene; mientras que Wilson da vida a todas las versiones de Biff y a su nieto Griff.
A parte de los habituales miembros del reparte, Regreso al futuro II tiene uno de los debuts más famosos y más virales de la historia, en el que un jovencísimo Elijah Wood da vida a un «niño-rata» del futuro.
Desde un punto de vista cinematográfico resulta extraño que dos actores den vida a media docena de actores, pero cuando uno entra en un universo como el de Regreso al futuro, no sorprende tanto. Debemos tener en cuenta que, si ya en la primera entrega Marty viajaba al pasado, en esta entrega el viaje en el tiempo se lleva al extremo y sus posibles y catastróficas consecuencias —como diría Doc Brown— se vuelven mucho más peligrosas, poniendo en la cuerda floja a Marty. Tal y como Doc explica en la película: «Evidentemente, el continuo espacio-temporal ha sido alterado y el resultado es una nueva secuencia temporal que da lugar a una realidad alternativa», que en cristiano quiere decir: «Imagina que esta línea representa el tiempo. Aquí está el presente, 1985, el futuro y el pasado. En algún momento anterior al actual, en algún lugar del pasado la línea temporal se desvió siguiendo una tangente creando un 1985 alternativo. Alternativo para ti, para mí, y para Einie, pero real para todos los demás».

Y estas complicaciones no son solo para los personajes, sino también para Robert Zemeckis y Bob Gale, que tuvieron que encajar la trama de esta película con la de la anterior para que fuera creíble y no pareciera un pegote forzado con la única intención de aprovechar el tirón.
Regreso al futuro II, así como su predecesora y su secuela, gracias a su brillante argumento y a unos personajes más que emblemáticos, en seguida se convirtió en un clásico moderno e imperecedero del cine, marcando a toda una generación que vivió creyendo que, en 2015, las cosas serían un poco diferentes de lo que son hoy en día.