Tras el final que supuso Endgame, se podría de decir que Spider-Man: Lejos de casa es su epílogo, el cierre a la fase 3 y toda la llamada Saga del Infinito, y es que a pesar de que Thanos haya muerto y se haya recuperado a la mitad de los seres vivos extinguidos, los recuerdos de esa lucha siguen muy presentes, sobretodo por la muerte de Tony Stark, cuyo homenaje y recuerdo van a estar presentes durante toda la película, de hecho si el titulo de la película fuera Spider-Man: El legado de Tony Stark no hubiera desentonado.
La película sigue tras lo ocurrido en Engame, donde aprovechan para explicarnos lo que pasó con los que desaparecieron con el chasquido de Thanos y los que se quedaron en la tierra durante esos cincos años hasta que Los Vengadores lo restablecieron todo, ese periodo lo llaman el lapso. Para evitar problemas la gente continua como si no hubiera pasado nada. Peter Parker y sus compañeros siguen en el instituto a pesar de que algunas tengan cinco años más. La paz a vuelto a la tierra y ahora el único problema de Peter es intentar salir con Mary Jane, aprovechando unas vacaciones a Europa con los compañeros de clase, Peter intentará ligarse a la chica lo cual no va a ser nada fácil, y es que Nick Fury aparece en escena para pedirle al chico su ayuda.
La gran novedad de la película era ver que pasaba con el nuevo villano de la peli, Mysterio. Y es que en los trailers Marvel nos la coló pero bien, haciéndonos creer que esta peli iba a ser el inicio de una saga de multiversos y personajes de otras realidades alternativas, pero al igual que hace el personaje de Mysterio, Marvel nos ha engañado vil mente. Mysterio comienza siendo un amigo que viene a esta dimensión a salvar la tierra de los llamados Elementales, unos seres que acabaron con su mundo. Mysterio se une a Nick Fury y este le pide ayuda a Spider-Man. Todo parece marchar relativamente bien hasta que empieza a marchar relativamente mal. Y es que al igual que nos engañaron con el Mandarín en Iron Man 3, Mysterio nos engaña con sus ilusiones, Mysterio no es nadie más que Quentin Beck un exempleado de Stark que utiliza drones con hologramas e ilusiones ópticas para crear monstruos y hacer ver que él es el héroe, cuando en realidad pretende quedarse con el legado de Stark. Otra vez tenemos a un exempleado furioso con Stark -¿cuántos enemigos habrá creado Tony?-. Hay que reconocer que el personaje interpretado por Jake Gyllenhaal encaja perfectamente con la trama y nos devuelve al cine uno de los personajes más emblemático del universo de Spider-Man. Por el otro lado Tom Holland vuelve a ser el encargado de ponerse el traje de Spider-Man y vuelve a demostrar que posiblemente sea el mejor Spider-Man que hemos visto en la gran pantalla, aunque su obsesión con MJ y su añoranza por Tony Stark son bastante cansinas. Y es que la trama no deja de ser muy continuista y sobretodo muy infantil, pero bueno es lo que tiene Disney.
Por lo demás la peli quizá sea algo mejor que en Homecoming pero no deja de ser una peli de acción normalita, de las típicas de Marvel que solo buscan entretenimiento, chistes fáciles y poco más. En eso la peli cumple pero se queda lejos de las pelis más potentes de la saga Marvel -aunque eso era algo esperado-. Eso sí, gracias a sus escenas post-créditos Marvel nos vuelve a dejar otra vez con los dientes largos, en eso sí que son unos expertos.