
Sí, señoras y señores, la tripulación original de la Enterprise sirvió durante casi treinta años, desde que emitieron el primer capítulo de la serie el 8 de septiembre de 1966 hasta que salieron los títulos de crédito de Star Trek VI: Aquel país desconocido. Incluso podríamos decir que incluso más, ya que algunos han aparecido como cameos en las series y películas posteriores del universo Star Trek, como Leonard Nimoy que ha retomado su papel en los reboots de J.J. Abrams, o William Shatner que coincidió con el Capitán Picard en Star Trek VII: La próxima generación (1994).
«El espacio, la última frontera. Estos son los viajes de la nave estelar Enterprise en una misión que durará cinco años dedicada a la exploración de mundos desconocidos, al descubrimiento de nuevas vidas, de nuevas civilizaciones, hasta alcanzar lugares donde nadie a podido llegar».
En el opening de cada capítulo el Capitán James T. Kirk nos presenta el argumento de la serie que revolucionó la ciencia ficción de una forma clara, limpia y concisa. Y la verdad, poco más puedo añadir en cuanto al argumento, ya que cada capítulo es una aventura en la que la tripulación de la Enterprise -de la que hablaremos más adelante- debe superarse a sí misma para salvarse de alguna situación extrema no prevista. Desde que un alienígena incorpóreo les arrebate el control de la nave, a que un grupo de niños poseídos por algún ser extraño se dediquen a matar a gente, pasando por numerosos enfrentamientos directos con un amplio catálogo de extraterrestres, entre los que destacan los klingon, los romulanos o gorn.
Bajo las órdenes del intrépido y temerario Capitán Kirk -interpretado brillante y exageradamente por William Shatner– encontramos al Sr. Spock, el primer oficial y jefe del departamento de ciencias de la nave -interpretado por Leonard Nimoy-, medio vulcano y medio humano, pero, carente de sentimientos, ha olvidado esta última mitad para llevar todo pensamiento al terreno de la lógica, y el oficial jefe de medicina, el Dr. Leonard McCoy -interpretado por DeForest Kelley-, que se convertirá en la faceta humana enfrente a la extrema lógica de Spock. Además de este trío de personajes, protagonista de la mayoría de capítulos, conoceremos al jefe de ingenieros Montgomery Scott, un escocés interpretado por James Doohan, el piloto Hikaru Sulu –George Takei-, Nichelle Nichols como la jefe de comunicaciones, Uhura, y el navegante novel pero joven prodigio, Pavel Chekov, interpretado por Walter Koenig.

A pesar de que los personajes de Kirk y Spock se han hecho famosos por las interpretaciones de Shatner y Nimoy -el primero por sobreactuar en exceso y el segundo por creerse el papel hasta tal extremo de creer ser el propio Spock-, estos dos actores nunca fueron la primera opción de Roddenberry y su equipo. El capitán de la Enterprise debía ser Christopher Pike interpretado por Jeffrey Hunter, pero cuando en el piloto no funcionó fue sustituido por Shatner en el papel de nuevo capitán. Y a pesar de que Nimoy ya apareció en este piloto llamado “The Cage”, la producción quería que fuera Martin Landau el que interpretara al lógico vulcano. Las casualidades crearon un dúo de personajes que funcionó a la perfección durante más de veinte años.
En un momento en que la ciencia ficción no era algo tan llamativo como lo es hoy en día -prácticamente cada semana se estrena una película de este género-, Gene Roddenberry se atrevió a explicar la historia de un futuro no muy lejano, en la que una nave de la Federación navega por el universo explorando todo lo que se encuentra en su paso. Para ello no se recurrió solo al encuentro con extraterrestres, sino también a la ciencia. Con teorías que en el papel son reales, se nos cuentan historias sobre viajes en el tiempo, duplicación de universos o todo tipo de variaciones físicas en los límites del universo, algo que resultó tan novedoso que renovó por completo la visión que se tenía de un género que se había quedado en poco más que el Viaje a la luna de Georges Méliès.
Después de 79 capítulos emitidos, la serie fue cancelada misteriosamente. Tenía una audiencia más que aceptable y cubría de sobras el presupuesto gastado en cada capítulo, las historias sorprendían semana tras semana, y ya se estaba generando una gran massa de fans, los primeros trekkies. Para empezar, Roddenberry se alejó de la faceta creativa de la serie en su tercera temporada, el presupuesto fue reducido sustancialmente, impidiendo producir capítulos igual de atractivos que en las dos primeras temporadas, y finalmente la serie fue canceladas. A día de hoy, cuarenta años después de su cancelación, es más que evidente que la NBC quiso matar Star Trek ¿por qué? Me parece que nunca lo sabremos.
Después de la cancelación de la serie, todo el equipo, intentó, con mayor o menor éxito, labrarse una carrera lejos de Star Trek. Tanto Shatner como Nimoy renegaron de sus papeles y queriéndose olvidar de todo lo que los relacionaba con la serie que tanto éxito les había traído. A pesar de ello, se creó una serie de animación de dos temporadas y escaso éxito, que a pesar de ser creada por Roddenberry y doblada por los actores originales, se considera que no es canónica. En 1978, el padre de Star Trek quiso arrancar una nueva serie llamada Phase II, pero desafortunadamente todo se quedó en el papel. Pero los fans, que durante diez años estuvieron viendo la serie cada vez que la reponían, querían más. Querían ver de nuevo a Kirk y Spock discutiendo sobre que era lógico y que no en el puente de la Enterprise, al Dr. McCoy maldiciendo y ver cuál era el nuevo peinado de Chekov, así que con el apoyo de Paramount se preparó Star Trek: La película, a la que seguirían cinco más.
Como ya dije en anteriores entradas de El Cuaderno de Bitácora de un Trekkie, es mejor no hablar de las películas, o hablar lo menos posible. Para comentar la primera voy a citar mis palabras de la Fecha Estelar 1349.7:
«De la primera película más vale no decir nada. Bueno… ¡que c**o! Para empezar el metraje es exagerado, con largas escenas de contemplación. Los efectos especiales, a pesar de haber pasado diez años, son peores que los de la serie -que para su época eran más que respetables-, el cambio de estética está completamente fuera de lugar ¿dónde narices están los uniformes que todo el mundo adora? Bien, supongo que podéis ver que opino de Star Trek: La película».
Además esta película consigue que te caigan mal personajes como Kirk o Spock, ya que irrumpen en la nave de otro capitán y ocupan su lugar por qué les da la gana, algo que, el propio Kirk, criticó duramente en más de una ocasión cuando capitaneaba la Enterprise. En pocas palabras, un desastre.
Después de esta primera película, que prefiero no recordar, pareció que la producción se lo tomó en serio. La acción se sitúa hacia el año 2285. Después de su misión de cinco años, el ahora almirante Kirk está dedicado a la preparación de cadetes. Mientras tanto el USS Reliant, en su búsqueda de un mundo adecuado para la prueba del Dispositivo Génesis, halla accidentalmente en un planeta muerto a Khan Noonieng Singh, viejo enemigo de James T. Kirk, el cual, teniendo al Reliant en sus manos, decide vengarse de Kirk al que culpa de todas sus desgracias después de ser desterrado por éste a ese planeta. Sin embargo, el pensamiento bidimensional de Khan y el sacrificio del Sr. Spock, que muere en el reactor de la Enterprise, logran hacer fracasar sus intentos de revancha, y el villano acaba autoinmolándose al hacer detonar el Dispositivo Génesis a bordo del Reliant en un último intento por destruir el Enterprise.
Tras de la muerte de Spock en Star Trek II: la ira de Khan, el doctor Leonard McCoy comienza a sufrir trastornos mentales y sueños relacionados con él. El almirante James Kirk, desobedeciendo la orden de que ninguna nave se acerque al planeta Génesis, creado por la explosión del dispositivo Génesis y ahora calificado como una “controversia intergaláctica”, roba el Enterprise tras su retirada del servicio debido a los graves daños causados por la última batalla que libró. Secundado y acompañado por sus oficiales, se dirige al mencionado planeta, donde, tras un enfrentamiento con los klingon que deja la nave completamente inutilizada y ante la muerte de su hijo David Marcus a manos de éstos, no tiene otro remedio que destruir el Enterprise en un intento desesperado de obtener ventaja ante sus adversarios. Después de escapar de su condenada nave, Kirk y sus leales amigos van al encuentro de un Spock joven pero sin memoria, y encontrándose con que el planeta es ahora inestable, envejeciendo a pasos agigantados, estando Spock ligado al mismo proceso. Tras una batalla entre Kirk y el comandante Kruge donde el primero sale victorioso, escapa del planeta en destrucción y se traslada a Vulcano en la nave klingon, llevando a Spock. Allí, después de una ceremonia altamente peligrosa y compleja -conocida como el ritual Katra-, se reincorpora la memoria a Spock, que permanecía en la mente de McCoy. Ahora reunidos, todos permanecerían en Vulcano para prepararse para responder por sus actos de vuelta en la Tierra.
Después de burlar a la muerte, Spock -algo que solo él podría haber hecho- se une a sus compañeros para retornar al comando de la Flota Estelar para poder rendir cuentas por el robo y destrucción del Enterprise, sabotaje al USS Excelsior, desobedecer órdenes de superiores, y un largo etcétera. Sin embargo cuando están camino a casa en una vieja Ave de Presa Klingon reciben una llamada de alerta acerca de una sonda desconocida que emite una serie de mensajes indescifrables que alteran el campo electromagnético de la Tierra y hacen que se produzcan tremendos cataclismos en el planeta. Estudiando estos mensajes Spock logra comprender que son similares a los cantos de ballenas, más adelante descubre que estos mensajes son para las ballenas grises, quienes desgraciadamente en el siglo XXIII están extintas. La vieja tripulación del Enterprise emprende entonces un viaje al pasado para traer un par de ballenas grises a su tiempo. Terminan en el año 1986, donde les ocurren todo tipo de situaciones absurdamente cómicas. Logran su cometido y al regreso a su tiempo las ballenas logran calmar la impaciencia de esta sonda, salvándose así la Tierra. Después de esto Kirk y compañía son enjuiciados quedando todos los cargos retirados, excepto para Kirk quien es degradado de almirante a capitán y se le asigna el USS Enterprise-A.
Kirk, Spock y McCoy ven bruscamente interrumpido su permiso en la Tierra cuando se les ordena liberar a unos rehenes que un grupo de insurgentes ha tomado en la llamada Ciudad Paraíso, en el planeta Nimbus III. Los rehenes son los embajadores terrestre, klingon y romulano en el citado asentamiento, y el líder de los insurgentes es Sybok, un vulcano que reniega de la filosofía de la lógica pura, y que resulta ser, además, hermanastro de Spock. Sybok ha conseguido seguidores, entre ellos los propios rehenes, mediante una extraña técnica de manipulación mental mediante la cual “libera de su dolor” a sus víctimas, a cambio de que “le ayuden a buscar” el lugar donde comenzó la creación, convencido de que hallará el Edén y al mismísimo Dios en un planeta situado en el centro de la Vía Láctea. Su insurrección en Nimbus III tenía como objeto atraer a la nave Enterprise y tomarla, a su vez, para realizar su proyectado viaje. Toda la tripulación, salvo Kirk, Spock, McCoy y Scotty, cae bajo el influjo de este personaje, mientras el Enterprise es perseguido por una nave klingon comandada por un inexperto capitán ávido de gloria. Pero al llegar a destino, no es a Dios a quien Sybok encuentra, sino a un peligroso y agresivo alienígena que trata de matar a Kirk y apoderarse de su nave. Sybok se sacrifica para permitir la huida de los demás, y Kirk, por su parte, es rescatado por Spock, quien se encuentra a bordo de la nave klingon, apaciguado su capitán por la intervención del embajador de su planeta en Nimbus III, el general Korrd.
El imperio Klingon entra en crisis después de que su principal productor de energía, su luna Praxis, explota debido a su sobre-explotación. Al ver su critica situación y al no poder financiar ya una carrera armamentista, el Imperio Klingon decide limar las asperezas que tuvo con la Federación de Planetas Unidos durante casi 70 años. James T. Kirk es el encargado de escoltar al Canciller Klingon Gorkon hasta la Tierra para así poder concretar un tratado de paz. Sin embargo, en camino al planeta Tierra, Gorkon es asesinado por “uniformados” de la Flota Estelar. Kirk y McCoy son acusados del crimen y enviados a la prisión klingon Rura Penthe de por vida. El Sr Spock, ahora capitán, y el resto de la tripulación deberán desenmascarar tales falsedades y exculpar a sus colegas, descubriendo una conspiración entre los mismísimos altos mandos Klingon y de la Federación para que la paz no se logre.
Es interesante ver como, aunque sea un poco, los argumentos de las películas -sobre todo las de la II, III y IV- están enlazados, dándonos una continuidad propia de una serie de televisión y muy rara en el cine.
Como trekkie advenedizo, debo decir que cuando acabas de ver la serie original, te quedas con extraño sabor de boca. La serie se acaba de golpe, no tiene el final típico de las grandes series, entre cosas porqué fue cancelada de mala manera, y las películas llenan ese vacío que se genera después del último capítulo. Pero por otro lado creo que las películas están un poco fuera de lugar, y no tanto por el argumento que nos presentan, sino por el hecho de sus protagonistas no resultan creíbles. No tanto por el talento al sobreactuar de Shatner, sino más bien por la edad que tienen y que se nota que tienen, y a pesar de que ves que siguen siendo los mismos, los papeles quedan desvirtuados completamente. Kirk ha dejado de ser el guaperas para ser un hombre crecidito que vive de su antigua gloria, Uhura ya no es la sexy responsable de las comunicaciones, sino la veterana jefa de comunicaciones, y Scott… ¡Pobre Scotty! Ha dejado sus años mozos y ahora es el clásico genio loco de los motores. En ningún caso quiero que esto suene despectivo, pero en la decisión de retomar los personajes con sus actores pesó más el amor de los fans que la lógica argumental. Algo que no critico para nada, pero que es inevitable ver cuando estás disfrutando de estas películas.
Para terminar, debo admitir que en un principio lo que más miedo me daba de ver de todo el universo Star Trek, era la serie original y sus películas. Pero después de hacerlo creo que, a pesar de que me puedan gustar el resto de series de la franquicia, la originalidad de la serie y sus cautivadores personajes me han sorprendido de forma excepcional, y es innegable que Star Trek: The Original Series es una de las mejores series de ciencia ficción que existen, superando de lejos a sus sucesoras.