
Después de pasar de la noche a la mañana de ser programador para una gran corporación a productor exitoso de televisión, Albert S. Ruddy pone la vista en su siguiente paso en el mundo del espectáculo, producir películas en Hollywood. Sacando provecho de su manera de ser, Ruddy convencerá a Robert Evans, uno de los jefazos de Paramount, para que lo fiche como productor junior. Después de esto, lo que caerá en manos de Ruddy no será otra cosa que los derechos de El padrino, una novela de éxito escrita por Mario Puzo, pero que tiene en contra a muchos italoamericanos como, por ejemplo, Frank Sinatra o algunos políticos de Nueva York… por no hablar del gremio de los mafiosos. A pesar de tener a todo el mundo en contra y solo con el apoyo de Evans, Ruddy empezará la producción sin miedo fichando al autor del libro para escribir el guión junto con talentoso pero joven Francis Ford Coppola, que también se encargará de la dirección. Por el camino deberá lidiar con las negativas del estudio para contratar a actores desconocidos como Al Pacino o problemáticos como Marlon Brando, así como los mafiosos con Joe Colombo a la cabeza, con quien entablará una extraña relación de amistad y respeto.
Aprovechando el cincuenta aniversario de su estreno, Paramount produjo para su plataforma de streaming esta miniserie enfocada a ser una suerte de making of de una de las mejores películas de la historia —si no la mejor—, El padrino. Lo cierto es que la serie al completo se basa en las memorias del propio Albert S. Ruddy, que también ejerce de productor, por lo que se podría decir que lo que tenemos ante nosotros son la experiencia de la producción de esta peli desde el punto de vista de Ruddy. La verdad sea dicha, se trata de una serie que no nos descubre nada nuevo y se nota que Paramount ha tirado de uno de sus mejores productos —lo que, al fin y al cabo, hacen la mayoría de estudios— para seguir explotándolo, por lo que a priori podríamos pensar que se trata de algo banal y superficial, pero se nota el cariño con el que ha sido hecha. Es por ello que cuando uno ve The Offer consigue meterse en la historia por una ambientación perfecta, un ritmo muy bien medido que no aburre pero tampoco va muy rápido —los diez episodios son la justa medida de la serie—, así como una elección perfecta del reparto, sobre todo de las caras conocidas, que nos permite atar todos los cabos si tenemos presente la cinta original de 1972.

Así, para empezar, tendremos a un Miles Teller muy digno en el papel principal de Albert S. Ruddy, que llena la pantalla y logra captar nuestra atención para hacernos de una suerte de cicerone por las bambalinas de El padrino. A su lado hay nombres como los de Matthew Goode, Dan Fogler, Burn Gorman, Colin Hanks, Giovani Ribisi, Juno Temple, Jake Cannavale e, incluso, un más que bien escogido Lou Ferrigno como Lenny Montana, vamos el actor que dio vida al mítico Luca Brasi. Todos ellos, junto con una buena retahíla de actores secundarios harán las delicias y nos convencerán de que estamos frente a los personajes reales, como es el caso de Justin Chamberts —recién salido de Anatomía de Grey— que se mete en el papel de Marlon Brando hasta el punto que si bien vemos que no es Brando, consigue captar la esencia y los gestos para que, por unos instantes, lo creamos.

Lo dicho, no sería ninguna mentira decir que la trama de la serie no tiene nada nuevo y que todo se puede saber desde cualquier fuente, pero tanto como para llegar a decir que es una página de Wikipedia que se puede ver en lugar de leer, como algunos críticos han apuntado, no es el caso. Se nota una cuidada labor de producción para que el resultado final se gane el favor del público que ve cumplidas sus expectativas, a la vez que cumple con su cometido principal, que no es otro que el de celebrar los cincuenta años de un clásico que ha resultado ser imperecedero, a pesar, como vemos en La oferta, la mayoría de gente no daba ni un duro por él. Mucho más que interesante y accesible para todo el mundo, sean acérrimos de The Godfather o no, ya que se trata de una oferta que no podrán rechazar… lo siento, no me he podido resistir.