Tras dejarnos a todos boquiabiertos con un final a doble episodio apoteósico, en el que los tres chicos de Top Gear buscaban la fuente del río Nilo, era difícil mejorar la calidad del programa, y sobre todo cuando todos los seguidores del programa sabemos que la segunda temporada del año acostumbra a ser un poquito más floja que la primera, principalmente por la ausencia de un gran especial. Pues en este caso consiguen seguir en lo más alto en lo que a entretenimiento se refiere, y en cuando a automovilismo… Bueno, siguen siendo el mejor programa de coches del mundo.
Uno de los puntos fuertes de la temporada reside en las entrevistas. Normalmente vemos un elenco de famosillos, sobre todo británicos, que a los que no lo somos nos resultan poco interesantes, pero en esta temporada 20, las cosas son un poco distintas. En el primer programa, y tras tres años con el Kia Cee’d, Top Gear renueva una vez más el coche de precio razonable, decantándose por el Opel Astra -para el ellos el Vauxhall-, y para llenar la parrilla de tiempos deciden invitar a un grupo selecto de famosos. Y cuando digo selecto, es selecto de verdad. Entre los diversos invitados, vemos a Charles Dance -para aquellos que no les suene el nombre, es Tywin Lannister, la Mano del Rey en Juego de Tronos-, Warwick Davis, Brian Johnson -el cantante de AC/DC– y Mike Rutherford -miembro del grupo favorito de Jeremy Clarkson, Genesis. Cuando ves está lista, no parece gran cosa, pero a partir del segundo episodio aparecen Ron Howard, Benedict Cumberbatch, Hugh Jackman, Steven Tyles y Mark Webber. Todas ellas son entrevistas impagables, demostrando que los invitados quieren ir al programa y Jeremy, a pesar de su falta de tacto en muchos casos, es un gran entrevistador. Este hecho se nota, sobretodo, en el caso de Hugh Jackman, que en plena gira de presentación de Lobezno Inmortal, se pasó por el programa convirtiéndose -a mi modo de ver-, en la mejor entrevista que Top Gear ha realizado nunca.
Dicho esto, creo que Top Gear, a pesar de que en cada temporada nos va dejando con la boca abierta, en cuanto retos y viajes de gran recorrido, consigue, con sus apenas seis capítulos la temporada, mantener la frescura y el humor del programa, algo que los fans -entre los que me incluyo-, agradece con creces.
Para esta ocasión, la temporada empieza de forma suave, con una carrera entre un velero de competición, en el que está James May, y un Toyota Corolla, en el primer episodio, y una carrera de taxis en el segundo. Pero a partir del tercero el equipo aprieta el acelerador a fondo, presentándonos un viaje desde Gibraltar hasta Madrid -si, si, se pasean por España, la tercera ocasión en once años-, la construcción de un hovervan -una furgoneta que se convierte en hovercraft-, y el análisis -a lo bestia- de cual es el mejor coche para llevar una caravan, para concluir, de forma triunfal y apoteósica con un tributo a la industria británica del motor en la capital del reino.
Esta temporada es especial para los seguidores españoles del programa -que lo vemos recortado, doblado y repetido hasta la saciedad-, ya que como hemos dicho, Jeremy, Richard y James vienen a nuestras tierras montados en un MacLaren MP4 12-C Spider, un Ferrari 458 Spider y un Audi R8 V10 Spider. Evidentemente, como siempre, los chicos de Top Gear no van a dejar títere con cabeza, y en este caso somos nosotros la víctima… Pero son tan graciosos los jodidos, que nos da absolutamente igual, y además nos muestran -como programa serie que son-, algunas de las causas y consecuencias de la crisis económica. Pero a parte de eso, desde aquí les enviamos un mensaje a Top Gear y a la BBC: Venid más a menudo, que en once años solo habéis venido tres veces, las autopistas son de pago, pero somos muy buena gente. Ahí queda eso.
Volviendo a la Series 20, tal vez no es la mejor temporada, seguramente no contiene los mejores especiales, pero, y lo bien que nos lo pasamos viéndolo. Una vez más me quito el sombrero ante el equipo de Top Gear, que mantiene el estilo y la frescura que los ha hecho grandes.
Y para terminar, solo una pregunta… Si la temporada veinte, que parece floja a priori, al final ha sido brutal, ¿cómo será la 21? Elucubremos por favor, elucubremos.