Todos conocemos el dicho de segundas partes nunca fueron buenas, y especialmente, cuando son secuelas de pelis que se llevan muchos años de diferencia. Pero por suerte, siempre hay excepciones que rompen esa regla para ofrecernos unas secuelas que mantienen el nivel de la original. Sobretodo cuando estas pelis son un icono. Uno de los ejemplos más claros es la secuela de Blade Runner, Blade Runner 2049 que mantiene el nivel de la original e incluso mejorando mundo. Otro ejemplo podría ser Mad Max: Furia en la carretera, aunque en esta ocasión, cambiando al actor principal. Pero Top Gun es un icono de los ochenta y aunque no es considerada un peliculón ni una obra de arte, ha quedado en la memoria de muchos.
Top Gun: Maverick ofrece lo mismo que ofrecía la primera pero mejor. Casi se podría decir que es un remake ya que hay muchas escenas que recuerdan a la original y el desarrollo es muy parecido. Se podría considerar que es puro fanservice. Desde el temazo de Kenny Loggins, el propio comienzo en el portaaviones, la escena de la moto o la escena de volleybol en la playa, que hay que decir que en esta ocasión no es tan homoerótica como la original. Si Tarantino ve esta peli no sé si podría sacarle alguna situación como en la anterior. De cualquier manera, la película ofrece una historia mucho más interesante y adaptada a los nuevos tiempos. Pero aunque hayan nuevos personajes, el protagonista indiscutible sigue siendo Maverick. Es una peli echa por y para Tom Cruise, para que se luzca en lo suyo. Y de paso sirve también como homenaje a Iceman (Val Kilmer) con una historia bastante dramática.
Pero bueno, lo que molaba de Top Gun eran sus escenas de aviones y su acción, y hay que decir que en esta segunda parte, la peli se sale. Las escenas de los cazas son increíbles. Visualmente es una gozada, los detalles de los aviones, los planos de los vuelos, todo se ve de calidad. Y es que aquí no se ha rodado con CGI cutre y croma barato. La mayoría de escenas son reales y se ha contado con equipamiento del propio ejército de los Estados Unidos, F-18 Hornet para la ocasión, por lo que dichas escenas reflejan un realismo poco visto hasta entonces, superando por mucho a la original y cualquier otra peli que contenga escenas con aviones.
En definitiva, Top Gun: Maverick es el ejemplo perfecto de como hacer una continuación. Ofrece lo suficiente para gustar a los fans más acérrimos y adapta la historia a los nuevos tiempos pero sin caer en las trampas de las películas de hoy en día. Es como traer una peli de los 80 en 2022, con todo lo bueno de las de antes y sin todo lo malo de las de ahora.