
Jake Hoyt (Ethan Hawke) un joven policía con mucha ambición y entusiasmo es asignado a la unidad de narcóticos del departamento de policía de Los Ángeles. Estará a cargo de Alonzo Harris (Denzel Washington), un agente de narcóticos con más de trece años de experiencia y cuyos métodos cuestionables hacen difusa la línea entre la legalidad y la corrupción. Pronto Jake descubrirá que no seguir las órdenes de Alonzo le puede costar la vida.
Denzel se mete en el bolsillo al público con este papelón. Su interpretación como Alonzo es de las que dejan huella, estamos hablando de un poli duro, curtido en la calle y con una dudosa “legalidad” en sus actos. Pero es su forma de ser, su dureza, sus diálogos los que te enganchan. Cuando metes a un buen actor en un buen papel tienes un personaje que sobresale del resto. Sin duda uno de los clásicos ya del cine. Y si además su compañero Ethan Hawke lo borda en el papel de poli novato, humilde e incorruptible, pues tenemos a una de las mejores parejas que ha dado el cine. Y es que ya desde el inicio de la película vemos que la relación va a ser un tira y afloja, con esa primera conversación en el café hasta el desenlace del final. Las escenas son directas y ya de por sí hablan solas, en ningún momento se va por las ramas ni las adornan con relleno. El director sabe que tiene que ir al grano con escenas con garra y fuerza. Mostrando un mundo en el que cuesta distinguir los policías de los criminales, los buenos de los malos. Es por ello que en la película tenemos grandes momentos que no quedan en el olvido.
Y es que poco se le puede achacar a la película ya que en general su objetivo es claro y no da pie a grande incongruencias o fallos. El ritmo siempre es alto y en ningún momento decae ni deja de ser interesante, quizá en el tramo final baja un poco la intensidad pero no es nada destacable. El guión es sólido y la ambientación es realista, de hecho, el director Fuqua quería que la película pareciera lo más auténtica posible, así que eligió varias localizaciones en algunos de los barrios más problemáticos de Los Ángeles, incluso obtuvo permiso para rodar en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad, Imperial Courts. Sin duda son buenos elementos para este thriller policíaco.

Training Day se ha convertido ya en un clásico del cine donde el temperamento y la gran actuación de Denzel Washington ponen en bandeja un thriller de los que disfrutas viéndolo, por algo se llevó el Oscar al mejor actor principal en 2001, además Hawke también fue nominado como mejor actor secundario. En definitiva, un film muy recomendado.
Una frase de Alonzo:
¡En este barrio mando yo! Nunca volveréis a ver la luz del día. ¿Con quién creéis que estáis jugando? Yo soy la ley, ¡¡¡aquí mando yo!!!¡¡¡Vosotros solo vivís aquí!!!
¡¡¡King Kong es una mierda comparado conmigo!!!