Warcraft es una de las sagas de videojuegos más populares de todos los tiempos. La compañía Blizzard publicó en 1994 el primer juego llamado Warcraft: Orcs & Humans, un RTS (estrategia en tiempo real) donde se enfrentaban Orcos contra Humanos en un ambiente épico medieval. Fue uno de los primeros juegos de su género y el éxito le llevó a la creación de varias secuelas, su principal baza era el componente multijugador, tanto local como online, algo que en aquella época no estaba tan extendido. Blizzard supo aprovechar el éxito que se avecinaba con el online y creó una nueva marca llamada World of Warcraft en 2001, del género MMORPG (videojuego de rol multijugador masivo en linea) cuyo éxito fue brutal, tal que actualmente se sigue jugando y recientemente salió su última expansión, World of Warcraft: Legión. Además de los videojuegos, su éxito les ha llevado a la creación de otros productos como juegos de mesa, novelas y todo tipo de merchandising. Y como era de esperar, tarde o temprano tenía que llegar una película de su historia. En una época en la que en el cine hay más adaptaciones de novelas/videojuegos o remakes de otros que películas nuevas, llega la primera incursión del universo Warcraft en los cines, Warcraft: El origen.
El pacífico reino de Azeroth está a punto de entrar en guerra por la llegada de unos terribles invasores: clanes de orcos guerreros unidos en una Horda que han dejado su destruido mundo para colonizar otro. A través de un portal que conecta ambos mundos, un ejército se enfrenta a la destrucción, y el otro, a la extinción. Dos héroes, uno en cada bando, están a punto de chocar en un enfrentamiento que cambiará el destino de su familia, su pueblo y su hogar. Este es el inicio de la guerra entre orcos y humanos.
Aunque haya jugado a sus juegos, no me considero fan ni conozco al detalle su extensa mitología, de modo que la parte histórica y las referencias a los videojuegos no las voy a entender. Quitando eso, la película tanto si conoces su mundo como si no es bastante entretenida. Pelis del género fantástico las hay a patadas, algunas mejores y otras peores. Warcraft tiene un estilo propio que se aleja de lo ya visto. Para empezar su estilo visual es muy colorido y variado, la mayoría de escenas están generadas por ordenador, creando unos paisajes y ciudades increíbles, más propias de videojuegos, como es lógico. Incluso los Orcos están hechos por CGI, exceptuando a la orco protagonista. Esto podría ocasionar una gran diferencia entre los humanos con actores reales a los orcos digitalizados, pero el nivel de detalle es asombroso y no desentonan las dos partes cuando comparten plano. Al fin y al cabo la propia Blizzard ha estado involucrada como productora junto a otros estudios como Legendary Pictures. Para mí de los mejores CGI que se han visto últimamente en las películas. En cuanto a la historia, evidentemente no está a la altura de el señor de los anillos ni aspira a eso, el film tiene sus limitaciones y se conforma con llegar a donde puede, cosa que hace sobradamente. Es una historia que se entiende perfectamente y no te abruma con muchos nombres raros y palabras inventadas complejas. El director es Duncan Jones cuyas películas más conocidas (no es que tenga muchas) son Moon (2009) y Código fuente (2011). Un director enfocado sobretodo en la ciencia ficción que ha querido probar en esta un estilo más de fantasía. Quizá lo peor sea el reparto, quitando el reclamo de coger como protagonista a Travis Flimmel (Ragnar en la serie Vikings) o a Paula Patton (Misión Imposible IV), los personajes se ven muy falsos a la hora de interpretar, no les veo que pongan muchas ganas en la actuación, además de que algunos no encajan en sus papeles, de hecho los orcos CGI los veo hasta más creíbles que los humanos, quizá no les vendría mal que la película fuera íntegramente generada por ordenador.
Por lo demás la película cumple lo que promete, es una adaptación de un videojuego bastante fiel que los fans sabrán apreciar mejor, para el resto es una película más que entretenida.