
Una vez más, tenemos la típica película de robos en un edificio prácticamente inexpugnable y con todo tipo de sistemas de seguridad, vamos lo clásico que se ve en todas las películas del género. En este caso, el edificio en cuestión es el Banco de España, cuya leyenda dice que tiene un sistema de bloqueo donde la cámara acorazada se inundaría en caso de que alguien intentara acceder sin permiso. El objetivo son unas monedas que pertenecieron a Francis Drake -un conocido pirata inglés del s. XVII-, requisadas por España a un cazatesoros inglés, ya que las extrajo de una nave hundida en aguas españolas. Este, pretende recuperarlas reuniendo a un equipo y aprovechando uno de los momentos más importantes de la historia de España: El mundial de futbol de 2010.
La idea de realizar un atraco mientras casi todo el país está pendiente de un partido de futbol tiene su gracia, y también dice mucho de nosotros. La idea de un atraco a uno de los sitios más seguros del mundo siempre es interesante. La idea de que un chaval que está en la universidad sea capaz de romper la seguridad de una manera tan fácil ya chirría un poco. Y la idea de que toda esta planificación se haga en diez días ya es para flipar. Como siempre, las buenas ideas se acaban estropeando por culpa de las malas. Y es que han querido darle demasiada espectacularidad y se han cargado todo el realismo que podría llegar a tener, por lo que al final el robo queda como una fantasmada que no se la cree nadie. Así que no esperes una especie de Ocean’s Eleven o un Plan Oculto a la española.

Los clichés están a la orden del día y las conveniencias de guion están por todos lados. Siempre hay soluciones, siempre salen airosos a pesar de las adversidades. Nunca se llega a temer por los personajes ni por el éxito o no de la misión, de hecho tampoco se dan muchos detalles de lo que hacen, ya que todo pasa demasiado rápido y ningun momento se cuestiona nada.
A pesar de ser una película española, contamos en el reparto con actores extranjeros -ingleses básicamente-, siendo Liam Cunningham y Freddie Highmore los más importantes. El primero es el jefe de la operación y el que está obsesionado con el robo y el segundo es el chaval de la uni que resulta ser muy listo. Es tan listo que no se le escapa nada. Y no solo eso, si no que a pesar de ser una persona relativamente tímida, con una vida normal de estudiante, buena persona, sin haber estado en líos nunca, de repente acepta el trato de un desconocido hasta el punto de participar activamente en el robo. Algo que queda totalmente fuera de lugar, es que prácticamente no hay transición, se pasa de una cosa a la otra.

Como buena peli española, tiene que contar con Luis Tosar y Jose Coronado -toda peli española que se aprecie debe tener alguno de estos dos actores, viene implícito-. De estos dos, Jose Coronado es el que hace de responsable de la seguridad del Banco y por algún motivo que desconozco, tiene que estar siempre con cara de mala leche, vamos que nos lo ponen como el malo de la película para que no sintamos aprecio y apoyemos más al bando pirata, digo ladrón.
Por lo demás, es una peli lo justamente entretenida pero que no aporta nada al género. Llena de clichés y situaciones prácticamente imposibles de creer, se queda muy por detrás de otras del estilo. Y sí, por pura casualidad ha coincidido con la serie de La casa de papel, aunque las cosas se hacen totalmente diferentes.