El campo de Texas, 1979, un grupo de jóvenes se instalan en la casa de invitados de unos viejos granjeros para rodar una peli… una peli porno, sin que los propietarios sepan que hacen entre esas cuatro paredes. Pero todo se tuerce cuando, entre toma y toma, una de las actrices entra en contacto con una de los granjeros, una anciana que parece obsesionarse con ellos, hasta el punto de insinuarse a los miembros del rodaje… con las nefastas consecuencias que esto traerán, cuando todos ellos no vean lo mismo que ella: una belleza que perdió años atrás.
Se mire por donde se mire estamos ante un tributo al cine slasher más clásico. No solo porque la ambientación —de época y lugar— nos recuerde al punto de partida de La matanza de Texas, cambiando la búsqueda de una tumba por una la producción de una peli porno, pero si que es cierto que la situación de media docena de jóvenes metidos en una calurosa furgoneta de camino a un lugar apartado, donde serán recibidos por unos extraños anfitriones frente a los que tendrán mucho que perder. Ti West no esconde las referencias, ya que no solo estamos hablando de esta cinta de Tobe Hopper, pero también otra menos conocido como fue Trampa mortal de 1976, en la que un cocodrilo también tenía una presencia importante. Como hemos dicho, se trata de un tributo a ese cine que se hacía en los setenta.
Por si esto fuera poco, lo curioso de todo el asunto es que si uno se fija bien verá que, en realidad, se nos está vendiendo una de esas pelis de serie B que tanto proliferaron en los setenta y ochenta —lo que se llamaba cine de explotación— como si fuera una obra de arte. Es cierto que Ti West va un poco más allá de la sangre y la violencia, y lleva a cabo una realización bastante certera del cine de terror actual —algo que le ha valido el reconocimiento, no solo con este, sino con títulos como Pearl—, pero sigue siendo el mismo tipo de pelis que se consumían como churros en salas pequeñas de todo el mundo hace décadas.
Además, y aquí ya entran más mis gustos personales, si bien me gusta este género, lo cierto es que hay cintas más sutiles y otras no tanto, y esta es de las últimas, ya que hay una tendencia hacia lo grotesco, hacia la situación que puede incomodar. Y por mucho que a lo largo de la cinta se pretenda hacer una lectura moral en todos los sentidos, lo cierto es que es algo que queda tan en segundo plano por detrás de la violencia explícita, que apenas se percibe.
A pesar de todo —como ya he dicho se trata de gustos personales— se tiene que admitir que hay un buen trabajo tanto en la historia, como en la dirección, así como en la interpretación, ya que se ha rodeado de un grupo de estrellas emergentes entre las que hay una increíble Mia Goth en su doble papel, una más que convincente Jenna Ortega y un Kid Cudi que, poco a poco, se está abriendo un hueco en Hollywood, entre otros como Brittany Snow, Martin Henderson, Owen Campbell y el veterano y camaleónico Stephen Ure.
Como decíamos, estamos ante una de esas pelis cuya calidad es incuestionable —cuyo éxito es incuestionable y que le ha permitido a West escribir y dirigir Pearl, una precuela, y estar a punto de estrenar una secuela, MaXXXine—, pero que no gustará a todo el mundo, tanto por ser de un género muy específico como la puesta en escena tipo de serie B que puede descolocar a muchos otros, vamos lo que viene siendo una producción de A24; sin embargo, el que le guste este género y se sienta a gusto con lo que se muestra en X, tendrá ante sus ojos una obra de arte.